Washington: el Custodio en visita fraternal a la Comisaría de Tierra Santa

Washington: el Custodio en visita fraternal a la Comisaría de Tierra Santa

El sábado 12 de noviembre, en el St. Francis Hall de la Comisaría de Tierra Santa de Washington, en presencia del padre Custodio, fray Francesco Patton, ciento sesenta personas se reunieron para recuperar, después de tres años de interrupción, la misa anual con los benefactores y la ritual cena de gala para recaudar fondos.

“Es una gran alegría estar acompañados por tantos frailes, amigos, colegas y familiares para esta celebración”, afirmó Paul Schott Stevens. “Es bonito ver que la tradición se renueva esta tarde, tras la interrupción de la pandemia”. Stevens, un abogado de Washington recién jubilado y miembro desde hace mucho tiempo del Consejo de administración de la Custodia, habló a los presentes en el St. Francis Hall, frente al monasterio, en la reanudación de la cena de recaudación de fondos. Durante la cena, Stevens recibió la medalla Grato Animo de manos del P. Francesco Patton, OFM, Custodio de Tierra Santa.

En latín, Grato Animo significa "con ánimo agradecido", explicó el padre Patton, “y precisamente con gratitud agradezco a Paul por todo lo que ha hecho por nosotros los franciscanos y por todos aquellos a quienes servimos a través de nuestra misión en Tierra Santa.

“Cuando nos golpeó la pandemia”, prosiguió el Custodio, “nos encontramos aislados de repente. Y durante dos años hemos estado prácticamente separados del resto del mundo, sin la presencia y el apoyo de los peregrinos internacionales”.

Sostener los santos lugares, mantener abiertas las escuelas y dar trabajo a los cristianos de Belén y de otros lugares se ha vuelto casi imposible.

“Estoy aquí, sobre todo para daros las gracias, a vosotros, queridos benefactores, que habéis seguido donando con alegría, a pesar de los tiempos difíciles que también habéis vivido”.

“No lo habríamos conseguido”, añadió, “sin vuestro apoyo, pues sois nuestros principales benefactores, que en esta difícil situación os habéis convertido en las manos de Dios misericordioso, el rostro concreto de la divina Providencia, la prueba de la solidaridad cristiana”.

Durante la misa en la iglesia del monasterio que precedió a la cena benéfica, el Custodio agradeció a la congregación “por la generosidad con la que habéis seguido apoyándonos y sosteniéndonos en estos tres años tan difíciles. Lo digo con total sinceridad”, prosiguió, “sin vuestra ayuda no habríamos logrado sobrevivir a la falta casi total de recursos en que nos encontramos en estos últimos años”.

Refiriéndose al evangelio de Lucas, fray Patton subrayó que “guerras, terremotos, pandemias, crisis económicas y persecuciones pertenecen al curso normal de los acontecimientos de la Iglesia mientras está presente en este mundo”. Luego, concluyendo: “esto no debe asustarnos sino impulsarnos a confiar cada vez más en Dios y a poner toda nuestra fe en su Hijo Jesús”.

Stevens recordó que su peregrinación a Tierra Santa hace algunos años fue una experiencia que todavía lo conmueve profundamente. “Me hizo comprender las vívidas realidades del nacimiento, la vida, la muerte y la resurrección de Jesús, haciendo los relatos evangélicos de nuestra salvación más vivos en mi vida cotidiana”.

“Y mi peregrinación me ha dejado aún más claro lo extraordinario que ha sido el trabajo de la Custodia en los últimos 800 años y su vital importancia hoy”.

Tanto él como Hugh Dempsey, anfitrión de la velada, exhortaron a los asistentes a incluir una peregrinación a Tierra Santa en su lista de cosas por hacer. “Es algo que cambia la vida”, dijo Dempsey.

Durante la cena, fray Alessandro Brustenghi, OFM, aclamado a nivel internacional como la “Voz de Asís”, deleitó a todos los presentes con interpretaciones que fueron desde el aclamado “Volare” hasta el conocido " Make Me a Channel of Your Peace".

Fr. James Gardiner