Son las 17:00 del lunes 9 de octubre: por segunda vez en el día, suenan las sirenas en Jerusalén mientras en la basílica del Santo Sepulcro comienza la procesión diaria de los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa. “Roguemos al Señor el don de la paz: para el mundo entero pero, en particular, para esta tierra martirizada, la Tierra Santa, por las personas que viven aquí, para que puedan vivir juntas”, expresó el presidente del Santo Sepulcro, fray Stéphane Milovitch, antes de la oración final.
Pedid la paz para Jerusalén
“Desde hace más de siete siglos, los franciscanos, en tiempos de guerra o de paz, de excavaciones o de trabajo, visitan cada día los lugares de la pasión de Jesús – explica fray Stéphane en una entrevista después de la procesión –. ¡Aquí resucitó Cristo! ¡Aquí venció al mundo! Al final de la procesión diaria rezamos por la paz. Hoy hemos querido que nuestra oración estuviera orientada especialmente a pedir la paz para esta tierra, que ahora está siendo de nuevo atormentada, para que todos puedan vivir en esta tierra en paz y con seguridad”.
Calles desiertas, santuarios abiertos
Fuera, las calles de Jerusalén están casi desiertas. En la ciudad vieja, las tiendas del zoco están cerradas. Solo los grupos de peregrinos siguen acudiendo a los santuarios, a la espera de su partida. Los encontramos en el Santo Sepulcro, mientras hacen cola para acceder al Edículo de la tumba. No todos son conscientes de la situación, en general, quienes viajan con grupos organizados no han tenido problemas con los desplazamientos y han sufrido pocas limitaciones en su programa, aunque casi todos regresaran con antelación. “Nuestros santuarios por ahora permanecen abiertos, sobre todo para permitir que las peregrinaciones en curso puedan vivir su experiencia espiritual de la mejor manera posible”, es la directriz de la Custodia de Tierra Santa.
Oración y ayuno por la paz
La Custodia de Tierra Santa ha difundido una nota de prensa el 10 de octubre invitando a todos los fieles a “rezar y ayunar por la paz”, como recomendaba también el Papa durante el Angelus del pasado domingo. “En los santuarios que custodiamos – se lee en la nota – nuestras fraternidades rezan por todas las víctimas, especialmente por los civiles y los rehenes, y por sus familias. Rezamos para que en sus corazones se extingan el odio, la rabia y el miedo que genera la violencia. Rezamos para que la comunidad internacional fomente iniciativas de mediación y de paz para proteger principalmente a los civiles. En esta situación, aunque con prudencia, nuestras fraternidades continúan cuidando de los fieles locales y de los grupos de peregrinos que han quedado atrapados en el país”. En la nota se invita expresamente a “suspender las peregrinaciones y esperar hasta que la situación vuelva a ser segura” y a seguir “confiando en el Señor, sabiendo muy bien que nuestra vida está protegida por Él”.
Marinella Bandini
