Respetando el Status Quo, el martes 3 de abril se repitió la tradicional visita de las Iglesias cristianas ortodoxas a los frailes y al Custodio de Jerusalén para felicitarles la Pascua, que los católicos celebraron el domingo 31 de marzo.
Los hermanos de las Iglesias cristianas ortodoxas (a diferencia de los católicos, que utilizan el calendario gregoriano), siguen el juliano y celebrarán la Pascua el próximo 5 de mayo: entonces serán los franciscanos quienes devolverán la visita a los diferentes patriarcados.
Intercambio de felicitaciones unido a la oración por la paz
La visita cortés y el intercambio de saludos se desarrollaron en un clima de profunda amistad, que va más allá del simple protocolo y pone de manifiesto la estima y el afecto que une a las diferentes comunidades cristianas de Jerusalén.
Todos los representantes de las Iglesias, además de ofrecer sus sinceras felicitaciones de Pascua y anunciar con alegría a Cristo resucitado, se unieron en la oración por la paz, expresando su profundo pesar y preocupación por la guerra que continúa devastando la Tierra Santa, por las comunidades de Gaza y por la dramática situación de Cisjordania, afectada por la falta de peregrinos y por las dificultades debidas al conflicto.
Las visitas de la mañana en la Sala Capitular
La primera en ser recibida en la Sala Capitular del convento de San Salvador fue la delegación de los greco-ortodoxos, encabezados por el Patriarca Teófilo III, que dirigió unas cálidas palabras al Custodio y a los franciscanos presentes: «nuestra misión espiritual es continuar haciendo que brille la luz del Evangelio, incluso en las circunstancias más difíciles, como la que estamos viviendo. Os agradecemos que sigáis unidos a nosotros en la convicción común de oponernos a cualquier forma de violencia y de trabajar siempre por la paz y la reconciliación».
Después fue el turno de los armenios, dirigidos por el canciller del Patriarcado Armenio, Koryun Baghdasaryan, seguidos por los coptos y los sirios ortodoxos, representados respectivamente por el arzobispo Antonius y el obispo sirio Jakub Jack. Este último, al expresar sus mejores deseos, recordó que «el conflicto actual no debe hacernos olvidar la esperanza de la Resurrección». Luego fue recibida la delegación de los etíopes ortodoxos, con el arzobispo Abune Enbakom a la cabeza.
Un Viernes Santo prolongado para las comunidades cristianas de Gaza
«Este nos alegramos porque es posible realizar nuestro anual intercambio de saludos por la Pascua – comenzó el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, dirigiéndose a los jefes de las distintas comunidades – pero al mismo tiempo sentimos una profunda amargura en el alma pensando en nuestros hermanos y hermanos, los cristianos de Gaza, que están viviendo un Viernes Santo prolongado a causa de la guerra: oremos para que esta Tierra pueda convertirse en cuna de paz y reconciliación».
A continuación, el Custodio quiso compartir la alegría de un importante aniversario: «hace 800 años, en septiembre de 1224, San Francisco de Asís recibió el don de los estigmas en el monte La Verna como signo de su plena conformación a Cristo crucificado y resucitado, llevando en su carne las marcas del Crucifijo. En estas imágenes, reconocemos que el sentido de nuestra vida cristiana es precisamente el de conformarnos al Señor Jesucristo crucificado».
Tras recibir a los etíopes, los frailes y el Custodio se dirigieron al Patriarcado greco-católico donde los esperaban el arzobispo Yasser Hanna Ayyash y el ex vicario patriarcal de Jerusalén para los melquitas, Joseph Jules Zerey. Monseñor Yasser Hanna acogió calurosamente a los frailes, agradeciéndoles su presencia fundamental en Tierra Santa: «vosotros ofrecéis consuelo a los fieles y peregrinos, no solo custodiando los Santos Lugares, sino dándoles esperanza y ánimo con vuestra fuerza y vuestra fe».
La visita del Patriarcado Latino
Por la tarde, fue el turno de visitar San Salvador de la delegación del Patriarcado Latino, encabezada por S.E. el cardenal Pierbattista Pizzaballa, que también visitó la enfermería de la Custodia.
En el clima de desánimo y dificultad, el padre Custodio recordó la fuerza del mensaje pascual: «Cuánto necesitamos todos obtener esperanza de la tumba vacía, alrededor y dentro de la cual hemos celebrado el principal misterio de nuestra fe – dijo fray Francesco Patton –: especialmente ahora que el mundo entero está dominado por la angustia de la muerte debido al clima de guerra que durante tantos meses ha privado incluso a nuestras comunidades de la alegría de poder acoger a los peregrinos».
Durante las visitas de las distintas delegaciones, los frailes de la Custodia entonaron algunos himnos de la tradición pascual, en latín, entre ellos Ad Cenam Agni Providi del siglo V, Victimae paschalis del siglo X, y O Filii et Filiae del siglo XV.
Silvia Giuliano
