El lunes 19 de julio, un grupo de religiosas y religiosos anglófonos se reunieron en el centro Notre Dame de Jerusalén para estudiar en profundidad la caligrafía en la cultura y la religión judías. Las reuniones, con periodicidad mensual, se incluyen en el marco de las actividades organizadas por los religiosos de habla inglesa y animadas por fray Lionel Goh, fraile franciscano originario de Singapur.
“La iniciativa surgió hace unos meses de lashermanas del convento de la Flagelación” comentó fray Goh, “que, al tener ritmos de trabajo particulares, no tienen oportunidad de salir para conocer mejor la realidad local”.
En la ciudad de Jerusalén, encrucijada de pueblos y religiones, antes de la pandemia se proponíanmensualmente varias oportunidades de trasfondo espiritual a los diversos grupos lingüísticos. Sin embargo, según el fraile franciscano, la reciente pandemia global y las tensiones internas en el país han favorecido el aislamiento de las distintas comunidades religiosas locales, que se han encontrado aún más alejadas de la vida cotidiana de Jerusalén y de sus complejas dinámicas.
“Empezamos a reunirnos en el santuario de la Flagelación, en la vía Dolorosa, para momentos de oración: adoración, celebración eucarística, compartir la Palabra”, continuó fray Lionel. “Después, otros religiosos decidieron reservarse este pequeño momento de reflexión, y juntos pensamos en incluir un análisis cultural en inglés en nuestros encuentros mensuales”.
Ya se han realizado dos conferencias: la primera, a cargo de sor Theresa Rose de la congregación de las Hijas de Sion, trató sobre Pentecostés en el judaísmo; la segunda, en cambio, fue sobre el libro del Éxodo, impartida por fray Lionel.
“De la oración pasamos a actividades que nos ayudan a profundizar, recopilar y recibir información sobre el entorno local. También las dinámicas de animación son parte activa de la organización”, explica el franciscano. “Por ejemplo: hoy no habría sido posible reunirnos en el convento de las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta, en el que nos reunimos normalmente. De hecho, no se podía pedir a un escriba de la Torá que entrara en una iglesia del barrio cristiano. Para la tradición judía, entrar en un lugar de culto no judío puede ser motivo de ‘impureza’”.
Por ahora, aproximadamente treinta religiosos y religiosas se han sumado a esta iniciativa y continúan proponiendo temas para los encuentros. No todos son de lengua materna inglesa: varios, de hecho, forman parte del grupo lingüístico chino, que se reúne mensualmente o antes de alguna festividad relevante. “Me encargo también de la animación del grupo de lengua china, que existe principalmente gracias al apoyo económico de los benefactores chinos”, continúa fray Lionel. “El objetivo es sentirnos un poco como en casa haciendo juntos diferentes actividades: misas, conferencias, reuniones en nuestro idioma, actividades culturales y almuerzos con motivo de fiestas importantes como el Año Nuevo chino”.
Giovanni Malaspina