«Llegué a Nazaret en agosto de 2019 y fue muy bien recibido por los parroquianos». Fray Marwan Di’des, originario de Jerusalén, es desde hace pocos meses el nuevo párroco de la parroquia latina de Nazaret, lugar que siempre le ha resultado familiar porque de niño pasaba allí los veranos, visitando a parientes de su madre. En la ciudad del anuncio del ángel a María, donde se alza la basílica de la Anunciación, los fieles de rito latino son 8500 en unas 2200 familias.
«La parroquia está muy viva y la gente no quiere nada material de la Iglesia – explica fray Marwan –. Las personas se interesan mucho por la vida litúrgica y sacramental y a menudo se ofrecen como voluntarios para las actividades. Hay mucha generosidad y es un aspecto que no esperaba encontrar».
Los datos de la oficina parroquial para 2019 hablan de 114 primeras comuniones, 40 matrimonios, 127 bautismos y 84 confirmaciones.
Más allá de los números, lo sorprendente es la gran cantidad de grupos de oración, reflexión y servicio: el consejo parroquial, los dos grupos de catequesis del viernes y el de los padres que acompañan a los niños; los seis grupos de las Familias de María, cada uno compuesto por quince familias que se reúnen para encuentros espirituales y actividades comunitarias; los grupos de la Legio Mariae y los Catenianos, hombres al servicio de la parroquia que rezan por las vocaciones sacerdotales; el Club de la familia, con cuarenta y cinco familias que se reúnen para estudiar la Palabra de Dios; las dos corales para el servicio litúrgico. Para los jóvenes están los Scout y también los grupos de la juventud franciscana: desde los Heraldos más pequeños a los chicos de la JuFra. Las mujeres casadas y casi “jubiladas” porque tienen hijos mayores o ya son abuelas, son unas ochenta y se reúnen en el Club de la luz de María. Como Custodia de Tierra Santa, también se está trabajando para crear la Orden Franciscana Seglar en Nazaret.
«Aquí hay mucho que hacer – explica fray Marwan – y nos repartimos el trabajo entre el vicepárroco fray Zaher, padre Antonius y yo. El momento de más afluencia de fieles es durante la misa de la Gruta de la Anunciación el sábado por la tarde. Los cristianos tienen que adaptarse a los horarios de trabajo y estudio de Galilea y por eso prefieren venir los sábados». El día de descanso en Israel, de hecho, es el sábado y el domingo es el primer día laborable de la semana.
La vida de los tres sacerdotes está integrada en la fraternidad del convento Santísima Anunciata de Nazaret, formado por unos diez frailes que también están al servicio del santuario. En las oficinas parroquiales que se encuentran en el convento trabajan el secretario Maroun y la responsable de comunicación Najwan, que se encarga del sitio, de la cuenta de Facebook y de la aplicación de la parroquia.
«En Nazaret todos son muy devotos de María, pero muchos la buscan en Fátima, en Lourdes y a veces no se acuerdan de que, hace dos mil años, antes que en todos los demás lugares donde se apareció, la Virgen vivía aquí», cuenta el párroco. La gran devoción a María se manifiesta también en el grupo de las Familias de María, que tiene el objetivo de formar a las familias para que crezcan en la fe doméstica. Por eso, no solo están implicados los padres sino también los hijos, y las reuniones tienen lugar una vez al mes en las casas de las familias.
Fray Marwan sigue a todos los grupos, en la medida de lo posible, porque siente que está llamado a eso: a predicar entre la gente, con los jóvenes y las familias. En los últimos quince años ha trabajado especialmente con los jóvenes de Belén, de la Casa del Niño y como director de la escuela de Tierra Santa. «Veo que las necesidades espirituales entre los jóvenes de Judea y de Galilea son las mismas, aunque los chicos tengan nombres distintos – afirma el párroco –. En Nazaret, sin embargo, tienen menos problemas económicos y eso les da más tranquilidad. Se sienten más seguros porque tienen seguro sanitario, tienen el trabajo asegurado, saben que un día cobrarán una pensión, tienen padres que trabajan. Muchos de ellos trabajan en su tiempo libre o durante un año o dos, inmediatamente después de terminar la escuela, para estudiar la situación del mercado de trabajo y decidir con calma su futuro. Pero las necesidades espirituales son las de todos los jóvenes: buscan la palabra de Dios, buscan un sentido a su vida, intentan entender cómo hacer actual la enseñanza de la Biblia en su vida».
Fray Marwan sostiene que a cierta edad todos los jóvenes se alejan de la Iglesia, pero es importante seguir hablando con ellos a pesar de la distancia que se crea. Por eso hemos ampliado nuestra presencia en la web y queremos desarrollar aún más nuestra aplicación – explica –. Hace cuatro años fue desarrollada por un feligrés y ahora hemos contratado a una persona para que se encargue de ella. La aplicación en árabe se llama “parroquia latina” y contiene citas e información. De esta forma nuestra voz llega más fácilmente a los que están lejos. Para dialogar con los jóvenes, fray Marwan utiliza una Biblia dividida por temas de interés (jóvenes, padres, familia, duelos, sufrimiento, enfermedad) que es muy formativa para ellos. «Sin embargo, lo más importante – concluye – es que aprendan bien lo que yo defino como el “criterio católico”, para que no busquen justificación a cada acción personal en la Palabra de Dios. Somos nosotros los que tenemos que adaptarnos a la Palabra de Dios, y no al revés».
Beatrice Guarrera