Los fieles católicos de Tierra Santa se reúnen en Nazaret para un intenso fin de semana de oración que culmina con la apertura del Jubileo a nivel diocesano, el domingo 29 de diciembre, como en todo el mundo.
El sabor de la celebración se anunciaba ya la tarde del sábado 28, con el ingreso del Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, y la misa solemne de la vigilia de la festividad de la Sagrada Familia, en el lugar donde “la Virgen María abrió su corazón al anuncio del ángel y el vientre al Hijo de Dios para que pudiera encarnarse por obra del Espíritu Santo”.
El Custodio hizo su entrada por la puerta principal de la basílica, en el piso inferior, y realizó una breve peregrinación, deteniéndose en oración en la gruta de la Anunciación, para después subir a la basílica superior para la celebración eucarística.
En su homilía, el Custodio habló de la vida familiar como una “auténtica peregrinación que implica a todos sus miembros. En esta peregrinación somos guiados a descubrir que nuestra familia terrenal es una escuela para aprender lo que significa formar parte de la familia de los hijos de Dios”.
Este es también el sentido del Jubileo, aprender a seguir a Jesús para aprender a convertirse en hijos de Dios. “Y es precisamente aquí, en Nazaret, donde Jesús nos enseña que el verdadero jubileo se realiza en el hoy del encuentro con Él y en la escucha de su palabra”.
Durante el ofertorio, se colocaron al pie del altar dos cestas que contenían las intenciones de oración de todo el mundo. Así concluye la iniciativa lanzada con el concierto de Navidad promovido por la basílica de Nazaret e interpretado por el grupo musical “Kuli Laka” el 23 de diciembre.
Durante el acto, el guardián de la comunidad franciscana, fray Wojciech Boloz, encendió una vela en la gruta de la Anunciación por las intenciones de todos los que habían enviado sus oraciones. Miles de intenciones llegaron esta semana y al comienzo de la fiesta de la Sagrada Familia fueron ofrecidas durante la misa.
Marinella Bandini
