La Custodia de Tierra Santa se une a la iniciativa de una jornada de oración, ayuno y penitencia convocada por el patriarca latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, para el próximo 7 de octubre, un año después de que “Tierra Santa, y no sólo ella, se ha sumido en un torbellino de violencia y odio nunca antes visto ni experimentado,” escribe el patriarca en su carta a la diócesis (se adjunta el texto completo)
El Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, dirigió una carta (adjunta) a todos los frailes invitándolos a sumarse a la iniciativa: “En todas nuestras fraternidades, santuarios y parroquias viviremos el 7 de octubre como una jornada de oración, ayuno y penitencia” escribe el Custodio, invitando en particular a rezar el Rosario y la oración por la paz propuesta por el patriarca “en alguno de los momentos diarios de oración de la fraternidad”.
Compromiso por la paz
El patriarca reitera la "condena de esta guerra sin sentido y todo lo que ha conducido a ella” y el llamamiento a los responsables políticos a “encontrar otras vías de resolución del conflicto actual que tenga en cuenta las exigencias de justicia, dignidad y seguridad para todos”.
“Pero también nosotros - escribe a los fieles católicos - tenemos el deber de comprometernos por la paz, ante todo preservando nuestro corazón de todo sentimiento de odio y, en cambio, manteniendo el deseo del bien para todos. Al comprometernos, cada uno en nuestro contexto comunitario y de las formas que podamos, debemos apoyar a los necesitados, ayudar a los que trabajan para aliviar el sufrimiento de los afectados por esta guerra y promover cualquier acción por la paz, la reconciliación y el encuentro”.
Oración por la paz
“Pero también debemos orar, presentando a Dios nuestro dolor y nuestro deseo de paz”. De ahí la invitación a “una jornada de oración, ayuno y penitencia el 7 de octubre, fecha que se ha convertido en símbolo de la tragedia que estamos viviendo”.
El mes de octubre es también mes mariano y el 7 de octubre celebramos la memoria de María, Reina del Rosario. “Que cada uno de nosotros, con su rosario o en la forma que mejor le convenga, personalmente pero mejor aún en comunidad, encuentre un momento para detenerse a rezar”.
A continuación, el texto de la oración propuesta:
Oración por la Paz
Señor Dios nuestro,
Padre de nuestro Señor Jesucristo
y Padre de toda la humanidad,
que, por la cruz de tu Hijo
y por el don de su propia vida
pagó un alto precio para destruir
el muro de la enemistad y la hostilidad
que separa a los pueblos y nos convierte a todos en enemigos:
envía a nuestros corazones
el don del Espíritu Santo
para que nos purifique de todo sentimiento
de violencia, odio y venganza,
que nos ilumine para comprender
la dignidad irreductible
de cualquier persona,
y nos inspire a trabajar
por un mundo de paz y reconciliación
en la verdad y en la justicia
en el amor y en la libertad.
Dios Todopoderoso y eterno,
las esperanzas de la humanidad
y los derechos de todos los pueblos
están en tus manos:
asiste con tu sabiduría a quienes nos gobiernan,
para que, con tu ayuda,
sean sensibles a los sufrimientos de los pobres
y a los que sufren las consecuencias
de la violencia y la guerra;
que promuevan en nuestra región
y en toda la tierra
el bien común y la paz duradera.
Virgen María, Madre de la Esperanza,
Obtén el don de la paz
por la Tierra Santa que te vio nacer
y para el mundo entero. Amén.