El 22 de abril pasado, el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton viajó a Isfiya, en el Monte Carmelo, invitado por los jóvenes del “Movimiento Mariano de Tierra Santa”, asociación nacida en el seno de la Iglesia maronita. Aquí se reunió con los jóvenes y celebró la misa en la iglesia dedicada a San Charbel Mackhluf, monje libanés, uno de los santos más conocidos de la Iglesia maronita.
La fecha es significativa: el 22 de cada mes, de hecho, la comunidad maronita recuerda a San Charbel y el milagro que realizó el 22 de enero de 1993, cuando operó en sueños a una mujer y le salvó la vida. Cada 22 de mes, la iglesia dedicada a él en Isfiya se llena de fieles para la celebración eucarística.
Durante el encuentro, el Custodio pudo escuchar a los jóvenes y conocer qué les motiva y el servicio que realizan. En la conversación surgió también la importancia de los movimientos juveniles en contextos como el de Galilea, una región tan compleja – que se enfrenta a difíciles retos sociales – como espiritualmente rica.
Los jóvenes no ocultaron las dificultades de ser cristianos en este contexto y los obstáculos que encuentran, entre ellos la presencia cada vez más generalizada del crimen organizado en la sociedad, que repercute también en sus posibilidades de asociación, acción y compromiso comunitario.
Tras la conversación con los jóvenes, el Custodio presidió la misa en la iglesia de San Charbel, en presencia de cientos de fieles. Este evento mensual no solo fortalece la fe de las personas, sino que también es un momento de oración, encuentro comunitario y solidaridad.
Fray Patton animó a los jóvenes y los fieles a volver a rezar en los Santos Lugares, custodiados por los franciscanos desde hace más de 800 años, asegurándoles su apoyo y acompañamiento a través de la oración.
Marinella Bandini – fra Diab Rosh Rosh