El 2 de diciembre, el Ministerio de Empresas y Made in Italy (en Italia) emitió un sello dedicado a la basílica de la Natividad de Belén, lugar santo querido por los cristianos de todo el mundo. El sello de la Santa Navidad pretende ser un homenaje a la festividad cristiana del nacimiento de Jesús en Belén.
Su realización fue posible gracias a la valiosa colaboración con la Custodia de Tierra Santa, que proporcionó la fotografía original de la basílica, a partir de la cual se hizo el diseño gráfico, realizado por Emanuela L’Abate.
El sello mide 40 x 48 milímetros, está en el rango tarifario B (1,25 euros) pero se ha puesto a la venta al precio de 5,00 euros porque 3,75 irán destinados a ayudar a los refugiados del conflicto de Oriente Medio.
La basílica de la Natividad en Belén es uno de los lugares más importantes de la tradición cristiana. Desde hace siglos, los frailes franciscanos junto con otras confesiones cristianas custodian este Santo Lugar, ofreciendo a los peregrinos procedentes de todo el mundo la posibilidad de orar y reflexionar sobre el misterio de la Encarnación.
El sello, con su sugerente imagen de la basílica de la Natividad, quiere ser un homenaje al nacimiento de Jesús y una invitación a reflexionar sobre el profundo significado de esta fiesta. La decisión de representar la basílica de la Natividad subraya la importancia de este lugar para la cristiandad y su valor universal.
También este año la Navidad en Belén será distinta a lo habitual. Debido al conflicto en curso, la basílica de Belén no estará abarrotada por el gran número de peregrinos que llegan cada año para participar en la tradicional vigilia de medianoche. Confiando en su regreso, este sello puede ser un instrumento para llevar a todos la luz de la esperanza que nace en Belén cada Navidad.
La Puerta de la Humildad: hacerse pequeños para entrar al lugar del nacimiento de Jesús
Se ha prestado especial atención a la representación de la “Puerta de la Humildad”, la entrada principal de la basílica. Una pequeña puerta que contrasta con la grandeza majestuosa de la basílica. Como subraya fray Francesco Patton, Custodia de Tierra Santa en el folleto ilustrativo elaborado para comentar la emisión del sello:
“El portal monumental de la basílica de la Natividad en Belén, hacia el año 1500, fue transformado en una puertecita formada por piedras labradas para impedir que el lugar santo fuera profanado entrando con caballos o camellos. Este es el motivo por el que hoy la gran basílica tiene la puerta de entrada más pequeña del mundo.
La puerta, de solo 130 cm de altura, obliga a todos – grandes y pequeños de este mundo – a agacharse profundamente para entrar en el lugar de nacimiento de Jesucristo y de ahí el nombre de «Puerta de la Humildad».
Nada nos impide ver en la Navidad un signo del abajamiento del Hijo de Dios que viene a compartir la vida de los hombres; una invitación universal a la humildad, fuente de reconciliación y de paz para todos; una llamada a la solidaridad y a compartir.
Como sugiere el mismo San Francisco, combinando el asombro por el misterio de la Encarnación y el de la Eucaristía: “Ved, hermanos, la humildad de Dios y derramad ante él vuestros corazones; humillaos también vosotros para que seáis ensalzados por él. Por consiguiente, nada de vosotros retengáis para vosotros, a fin de que os reciba todo enteros el que se os ofrece todo entero” (Francisco de Asís, Carta a toda la Orden, vv. 28-29)
Lucia Borgato