Tercera peregrinación a la Flagelación: el silencio de los que son abandonados

Tercera peregrinación a la Flagelación: el silencio de los que son abandonados

El miércoles 13 de marzo, en la iglesia de la Flagelación, tuvo lugar la tercera peregrinación franciscana de Cuaresma. Las “peregrinaciones” son eventos litúrgicos semanales que se llevan a cabo en los lugares de la ciudad santa donde se recrean los hechos vinculados a la Pasión de Jesús.

Tras la peregrinación al Dominus Flevit y a la basílica de Getsemaní, la comunidad franciscana se reunió en este santuario situado al comienzo de la Vía Dolorosa, donde la tradición sitúa dos momentos de la Pasión de Jesucristo: la flagelación y la condena a muerte.

Basándose en la narración de los evangelios y en las evidencias arqueológicas, en este lugar se construyó la Fortaleza Antonia, residencia de Poncio Pilato: aquí se encontraba el Pretorio, en cuyo atrio interior Cristo fue desnudado y flagelado.

La actual iglesia de la Flagelación

La iglesia de la Flagelación fue construida por los cruzados en el siglo XII y luego permaneció abandonada durante muchos siglos hasta 1838, cuando fue adquirida por los franciscanos y reabierta al culto. Posteriormente, la capilla fue restaurada en 1927-29 por el arquitecto franciscano Antonio Barluzzi en estilo medievalizante.  Las tres vidrieras representan la flagelación de Cristo, Pilato lavándose las manos (Mt 27,24) y la victoria de Barrabás al ser elegido como prisionero para liberar (Mt 27,15-21).

En la cúpula sobre el altar está colgada una corona de espinas entrelazadas con rosas de cristal. A través de esta corona la luz irradia sobre la iglesia: incluso en el dolor de la muerte el creyente conserva la esperanza en la Luz.

Las vísperas y la celebración eucarística

A pesar de la dificultad para los peregrinos de todo el mundo para llegar a los santos lugares en este momento histórico, la participación en el acto fue muy numerosa por parte de los religiosos presentes en la ciudad santa, los fieles locales y todos los frailes de la Custodia, especialmente los de la gran comunidad franciscana de la Flagelación, sede del Studium Biblicum Franciscanum, que este año celebra el centenario de su fundación.

La santa misa, precedida por la oración de vísperas, fue presidida por fray Giuseppe Maria Gaffurini, guardián de la Flagelación: junto a él, fray Paolo Messina, profesor del Studium Biblicum Franciscanum, elegido para guiar a los franciscanos durante el tiempo de Cuaresma a través de sus reflexiones sobre las Escrituras (aquí todos los textos de las meditaciones).

Ese puente llamado abandono

«Jesús se encuentra aquí frente a una serie de sufrimientos físicos, psicológicos y espirituales», dijo fray Paolo (aquí el texto completo de su meditación), «y acepta este sufrimiento en un silencio que llena todo el relato. Juan lo describe como totalmente abandonado, a merced de las decisiones de otros: primero de Pilato, después de la multitud y, finalmente, de los soldados».

El sufrimiento silencioso de Jesús, continúa el franciscano, sitúa a la humanidad ante una pregunta compleja: “¿por qué sufren los justos?”. «No se trata – explica – de comprender el “por qué” del sufrimiento, sino el “cómo” vivirlo. Podemos decidir vivirlo sabiendo que somos partícipes de los sufrimientos de Cristo, que no fue abandonado por el Padre sino sostenido por Él. El silencio de los que son abandonados es entonces el de quienes tienen el valor de confiar y encomendarse al Padre en su sufrimiento. Abandonado por los hombres, pero no por Dios, ya que es su hijo. También nosotros recorremos ese puente que une la soledad y la salvación. Ese puente que se llama abandono, que significa dejarse caer en los brazos del Padre, como hijos suyos para siempre».

Silvia Giuliano

Descargue aquí el folleto del Santuario de la Flagelación