Montefalco, ostensión de las reliquias de San Severo

Las reliquias se conservan y exponen en la iglesia del convento de San Fortunato, casa de postulantado de la Custodia de Tierra Santa

El pasado 1 de febrero, en la iglesia del convento de San Fortunato en Montefalco (Italia), sede de la casa de postulantado de la Custodia de Tierra Santa, tuvo lugar la ostensión de las reliquias de San Severo, copatrono de la ciudad.

Las reliquias, conservadas dentro de un sarcófago en la capilla de la iglesia, fueron recuperadas y expuestas por primera vez a la veneración de los fieles.

En la ceremonia – presidida por monseñor Renato Boccardo, arzobispo de Spoleto-Nursia – estuvo presente también el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, que estaba visitando la comunidad franciscana; el vicario de la Provincia Seráfica fray Danilo Tremolada; el alcalde de Montefalco, Alfredo Gentili; el alcalde de Massa Martana (ciudad de origen del santo), Francesco Federici, junto a otras autoridades civiles, militares y numerosos fieles.

El convento de San Fortunato

El convento de San Fortunato se encuentra en el corazón de la ciudad umbra de Montefalco. Su fundación está ligada a las figuras de San Fortunato y San Severo: según la leyenda, el magister militum Severo, víctima de una acusación injusta, rezó por su liberación sobre la tumba de San Fortunato. Tras la gracia recibida, hizo construir una basílica en honor de Fortunato. Posteriormente, los ciudadanos de Montefalco quisieron conservar los restos mortales de Severo en la iglesia que erigió él mismo.

A mediados del siglo XV fue construido aquí el convento de los Frailes Menores de Observancia Franciscana. Los frailes menores han custodiado este lugar hasta la actualidad. Desde 2009 el convento de San Fortunato está a cargo de la Custodia de Tierra Santa, que aquí acoge a los jóvenes postulantes durante su año de formación inicial. Fray Marco Antonio Maria Uras, guardián de la comunidad, y fray Antonino Milazzo, maestro de postulantes, se ocupan del convento y de los aspirantes. 

Bajo el signo de los santos

Monseñor Renato Boccardo, arzobispo de Spoleto-Nursia, que presidió la celebración eucarística, dio las gracias a fray Marco Antonio que, “tras recibir todas las autorizaciones necesarias y después de un atento reconocimiento, logró recuperar las reliquias”.

La historia de los santos Severo y Fortunato, aunque lejana en el tiempo (siglos IV-V), “sigue contándose porque dejaron una huella fecunda: su capacidad de acercarse a Dios los acerca a los hombres. Vivieron una vida plena: observar hoy su historia significa recordar que hay que vivir en serio”, añadió el obispo.

El regalo de las reliquias

Algunos trozos de las reliquias fueron donados a la ciudad de Terzo San Severo, pedanía de Spoleto, y a la iglesia de Pievania de San Juan, donde fue enterrado el cuerpo del santo antes de ser trasladado a Montefalco.

Una reliquia fue destinada a la parroquia de Massa Martana, ciudad natal de San Severo y otra a cada uno de los dos monasterios de Montefalco, el de las Agustinas de Santa Clara de Montefalco y el de las Clarisas de San Leonardo.

Redacción de la Provincia Seráfica de San Francisco de los Frailes Menores

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