Este año, la fiesta de la Universidad y el Gran Canciller que se celebra anualmente en la Universidad Pontificia Antonianum de Roma (PUA) se enriqueció con una efeméride especial: el centenario de la fundación del Studium Biblicum Francescanum di Gerusalemme (SBF), actualmente Facultad de Ciencias Bíblicas y Arqueología.
Tras la audiencia papal en el Vaticano, el 16 de enero tuvo lugar en el Aula Magna de la PUA una conferencia íntegramente dedicada al SBF de Jerusalén: la numerosa participación, así como las apasionadas intervenciones de los ponentes dejaron claro el significado especial de este centenario, no solo para la Universidad, sino también para la Orden franciscana y para toda la iglesia universal.
Relecturas históricas, palabras de elogio, recuerdos, testimonios, ánimos, previsiones sobre el futuro: todo contribuyó a convertir este día en un importante momento de encuentro para recordar los cien años de esta institución.
Las palabras del saludo del profesor Augustin Hernandéz Vidales, Rector Magnífico de la Universidad Pontificia Antonianum, dieron la bienvenida al Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, al Ministro general de la Orden de Frailes Menores y Gran Canciller de la Universidad Pontificia Antonianum, fray Massimo Fusarelli, y todas las autoridades académicas convocadas.
«La providencia ha querido que podamos celebrar el centenario de nuestra amada escuela – comenzó con emoción fray Rosario Pierri, decano del SBF –. El 7 de enero de 1924 el Custodio, padre Ferdinando Diotallevi, escribía en su discurso inaugural: “El estudio se abre con pocos profesores… y pocos alumnos… Pero ¿quién querrá juzgar el mediodía por el primer amanecer? Quizá no se hayan iluminado todas las cumbres”».
Armand Puig i Tàrrech, presidente de AVEPRO (Agencia para la Evaluación y la Promoción de la calidad de las Facultades Eclesiásticas), subrayó “la gran potencia intelectual del Studium que ha sabido excavar en el texto y en las piedras”, y la atención a la investigación junto con la calidad de los estudios que hacen de esta institución una realidad académica de excelencia en el panorama de los estudios bíblicos y arqueológicos.
El cardenal José Tolentino De Medoça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, habló del inseparable vínculo del Studium con la Tierra Santa “por la forma en que está históricamente ligado a ella y por cómo efectivamente la convierte no solo algo circunstancial, un lugar de educación, sino en el objeto declarado de su estudio”. Y no fue el único en referirse al papel que el Studium puede aportar a Tierra Santa para un futuro de fraternidad y paz “allí donde la práctica de la hospitalidad se convierte en la arquitectura de una sociedad donde la colaboración mutua de todos y la elección de buscar el bien común se hacen realidad”.
El profesor Giuseppe Buffon, vicerrector de la PUA, pronunció una lección magistral titulada “Excavar a Dios”, en la que recorrió detalladamente la historia de la Fundación del Studium en el seno de la Custodia, con una mirada especial a sus raíces vinculadas a la necesidad arqueológica y a su esencia como institución que desde sus orígenes tuvo como materias básicas la arqueología y geografía bíblicas y la historia de la tradición en torno a los santuarios de Palestina.
A continuación, el testimonio del profesor invitado Blazej Štrba, exalumno del SBF, precedió al emocionante discurso de fray G. Claudio Bottini, profesor emérito del Studium y memoria viva fundamental para recordar los primeros pasos del Studium. «Cien años de camino marcados por el vínculo vital indisoluble con la Custodia de Tierra Santa, por la colaboración con el gobierno de la Orden y con la Antonianum», dijo fray Claudio Bottini que, en su reflexión, destacó algunas de las características que han permitido al Studium llegar a su centenario: concreción y realismo, la combinación enseñanza-investigación, la implicación de las provincias y por último, aunque no menos importante, la relación con la Antonianum desde 1927, año en que el Studium fue anexionado al Colegio San Antonio.
Fray Massimo Fusarelli, Ministro general de la Orden de Frailes Menores y Gran canciller de la Universidad Pontificia Antonianum dirigió unas últimas palabras de elogio y aliento al Studium, deseándole que continúe proyectándose “hacia una vida plena y el sabor perfecto de la felicidad”, citando a San Buenaventura al recordar el fin último de la investigación bíblica, que debe «superarse a sí misma si quiere ser verdaderamente rigurosa, siempre inscrita en el horizonte de la fe»,
A continuación, fray Rosario Pierri entregó a las autoridades académicas presentes la medalla conmemorativa del centenario: sobre ella, la columna de la Flagelación a la que se superpone un libro de la Biblia abierto y la cruz de Jerusalén en el reverso, a la que se añade la linterna símbolo del estudio arqueológico y la red de los pescadores, referida a los apóstoles pero también una clara alusión al trabajo de investigación e indagación en profundidad.
Finalmente, todos los asistentes pudieron asistir a la inauguración de la exposición del centenario del Studium Biblicum: su creador y coordinador, don Giannantonio Urbani, profesor invitado de Arqueología Cristiana y Excursiones a Tierra Santa, ilustró después todo el recorrido histórico y el montaje documental de la muestra instalada en la cripta de la basílica de San Antonio.
Silvia Giuliano