La oración por los difuntos y por las víctimas de los conflictos

La oración por los difuntos y por las víctimas de los conflictos

La conmemoración de los fieles difuntos se celebra este año en Tierra Santa con un pensamiento especial hacia las víctimas de la guerra en curso entre Israel y Hamas. En Jerusalén, los frailes de la Custodia de Tierra Santa, como cada año, se reunieron el 2 de noviembre en la iglesia de San Salvador para celebrar la misa, a la que siguió la visita a los cementerios de los frailes de la parroquia en el Monte Sion y la bendición de las sepulturas.

La misa por los difuntos en la parroquia

El 2 de noviembre, además de la misa conventual, los frailes participaron en la de la parroquia de San Salvador, en árabe. Fray Amjad Sabbara, párroco latino de Jerusalén, presidió la liturgia. Con él concelebraron fray Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, y fray Alessandro Coniglio, discreto y profesor del Studium Biblicum Franciscanum, varios frailes y sacerdotes, todos con vestiduras moradas. Asistieron muchos fieles, que este día especial de oración y comunión espiritual con los difuntos recuerdan a sus seres queridos.

Solo Dios es el Señor de la historia

“Este año nuestra celebración tiene lugar en un ambiente especial: desde hace semanas sentimos cada día resonar esta palabra: muerte”, dijo fray Amjad en su homilía. “Ante la muerte de tantos inocentes, como la de Jesús, queremos tener la mirada del centurión que, al ver morir a Jesús, comprendió que era el Hijo de Dios. Queremos aprender a entrever que después de la muerte hay una nueva vida, todos resucitamos en Cristo. El párroco comparó la muerte de tantos inocentes hoy en la que ordenó Herodes: “Mató a todos los niños para matar a Jesús, pero no fue capaz porque el Señor de la historia siempre es Dios. Aunque todos quisieran rechazar esta voz, la voz de Dios siempre será la única a seguir”.

La visita a los cementerios

Inmediatamente después de la misa, frailes y fieles recorrieron en procesión los rincones de la ciudad vieja de Jerusalén hasta el Monte Sion, donde se encuentran los cementerios católicos. Justo al salir por la Puerta de sion se encuentra el cementerio de los frailes franciscanos, donde se tuvo un momento de oración y la bendicion de las tumbas, con la incensación y aspersión de agua bendita. Desde allí, la procesión bajó hasta los dos cementerios parroquiales: el antiguo, en funcionamiento hasta 1948, que aún conserva signos de un bombardeo, y el “nuevo”, que desde 1967 acoge los restos mortales de los fieles de la parroquia latina y que se asoma hacia el sur, sobre el valle de Hinom (o de la Gehena). Varios fieles locales realizaron la tradicional visita a las tumbas de sus seres queridos, para dejar unas flores o una vela encendida en señal de recuerdo.

Marinella Bandini