Después de siete años de obras, la mañana del martes 22 de noviembre se inauguró la escuela de Tierra Santa en Caná de Galilea. Se trata del edificio de un nuevo instituto científico, que será gestionado por los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa.
El pueblo de Caná, en árabe "KafrKanna" es famoso por ser el lugar del primer milagro de Jesús narrado por los evangelios (Jn 2, 1-11). Hoy esta localidad, con una población mayoritariamente árabe, aunque situada en Israel, cuenta con unas tres mil familias cristianas, de las que 1700 son de rito latino, y alberga un santuario custodiado por los frailes de la Custodia desde 1641.
El centro escolar es un edificio de tres plantas, dividido en dos alas, que contiene un salón para actividades deportivas, un teatro, salas parroquiales para actividades pastorales y, naturalmente aulas y laboratorios escolares.
La inauguración de esta instalación tiene lugar siete años después de la colocación de la primera piedra. Las obras de los últimos años se interrumpieron dos veces, en 2017 y en 2020, para reanudarse después sin pausas hasta la actualidad. La lentitud en la ejecución de las obras, además del obstáculoque supuso la propagación de la pandemia, se debió a la dificultad para obtener fondos. La construcción definitiva de la escuela se llevó a cabo gracias al providencial recurso a dos fuentes de financiación: la colecta del Viernes Santo, en la que participan todos los cristianos del mundo, y la valiosa contribución del gobierno húngaro, en el marco de su programa de ayuda a las minorías cristianas.
Ceremonia de inauguración de las instalaciones
Asistieron a la ceremonia de inauguración el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, y el Secretario de Estado húngaro en el marco del programa de ayuda a las minorías cristianas, Sr. Tristan Arbej; además, se hallaban presentes también el vicario custodial, fray Ibrahim Faltas, el ecónomo custodial, fray Tony Choukry, el párroco de la iglesia latina de Caná, fray HaitamFransoYaldaHano y el obispo greco-melquita YusefMattah. Por el patriarcado latino asistieron el obispo auxiliar, antes vicario patriarcal de Nazaret, monseñor RaficNahara, mientras que en representación de las instituciones locales participó en el acto Ezdin Amara, jefe del consejo municipal.
La ceremonia se abrió en el teatro de la escuela y fue animada por el párroco fray Haitam y la franciscana sor RenèMoussa, directora del instituto.
Intervención del Custodio y entrega de la medalla Grato Animo
Al tomar la palabra, el Custodio saludó en primer lugar a los presentes y después habló de la importancia de la construcción de esta escuela; una importancia que involucra a toda una comunidad y a los jóvenes que la integran. De hecho, también a través de las escuelas la Custodia de Tierra Santa expresa su cercanía a la minoría cristiana, en los lugares donde está desapareciendo. “Gracias a Dios y gracias a la solidaridad de todos los cristianos del mundo, hoy hemos podido bendecir este edificio que ya estará operativo a partir del próximo curso académico y que llenaremos de niños y jóvenes que cursarán secundaria, preparándose primero para la universidad y después, para la vida”. Luego, dirigiéndose al funcionario húngaro presente en la sala, el Custodio continuó: “La construcción de esta escuela no habría sido posible sin la ayuda especial prestada por Hungría a través de su programa de ayuda a las minorías cristianas. Por eso, quiero expresar la gratitud de la Custodia de Tierra Santa entregando la medalla Grato Animo (del latín “con ánimo agradecido”) al Sr. Tristán Azbej, en señal de agradecimiento”.
Intervención del Secretario de Estado húngaro para la ayuda a los cristianos perseguidos, Tristan Azbej
Tras la ceremonia de entrega de la medalla y del diploma Grato Animo, el Sr. TristanAzbej tomó la palabra y dio las gracias por esta oportunidad. En su discurso, el secretario de estado reiteró la importancia para Hungría del apoyo a las minorías cristianas de todo el mundo, en virtud de la fuerte identidad cristiana que caracterizahistóricamente al país magiar: “El preámbulo de nuestra nueva Carta fundamental, aprobada en 2011, reconoce expresamente las raíces cristianas de Hungría. En este sentido, al comienzo del texto se lee: «Estamos orgullosos del hecho de que hace mil años nuestro rey, San Esteban, fundó el estado húngaro sobre bases sólidas, y convirtió a nuestro país en parte de la Europa cristiana. (…) Reconocemos el papel que el cristianismo ha desempeñado en la conservación de nuestra nación». Precisamente por estelegado histórico, Hungría se compromete a ayudar a los cristianos en cualquier lugar del mundo y en virtud de esta vocación hemos decidido hacer nuestra contribución aquí, en el lugar del primer milagro de Cristo”.
Corte de la cinta y bendición de las instalaciones
Al final del encuentro, el padre Custodio cortó la cinta inaugural y bendijo las instalaciones de la escuela. Tras una breve visita a la terraza panorámica, todos los presentes se reunieron en un almuerzo de convivencia que concluyó la jornada.
Filippo De Grazia
