Del lunes 4 al viernes 8 de diciembre, el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, visitó Croacia. Lo acompañaron fray Sandro Tomašević, Discreto de Tierra Santa, y fray Siniša Srebrenović, guardián del convento de la Agonía (Getsemaní), ambos croatas, que sirven en la Custodia desde hace varios años.
El viaje estaba programado desde hace tiempo por motivos tanto institucionales como religiosos. Fray Patton se reunió con algunas comunidades franciscanas con las que pudo compartir fraternalmente su preocupación por lo que está sucediendo en Tierra Santa y por la vida de los frailes de la Custodia. La agenda estuvo repleta también de encuentros con autoridades civiles y religiosas, entre ellas el primer ministro croata Andrej Plenković, el nuncio en Croacia, monseñor Giorgio Lingua y el arzobispo de Zagreb, monseñor Dražen Kutleša. El Custodio presentó las actividades de los franciscanos en los Santos Lugares, así como la compleja situación de la comunidad cristiana. Se prestó especial atención a los proyectos sociales, vinculados a la instrucción y la asistencia sanitaria.
“Nos hemos reunido con las máximas autoridades del país – refirió el Custodio al final de su visita – para dar las gracias oficialmente al gobierno croata que ha financiado la construcción de la capilla croata del Campo de los Pastores en Beit Sahour, y a todos los que han trabajado para lograr este resultado”. La inauguración de la capilla croata en el Campo de los Pastores estaba prevista el pasado 8 de noviembre, pero tras el estallido del conflicto entre Israel y Gaza, fue pospuesta hasta nuevo aviso. La capilla – subrayó el Custodio – es “una obra importante para dar valor a este Lugar Santo”. El primer ministro recibió al Custodio y a su delegación para una larga reunión, en la que las partes exploraron las posibilidades de futuros proyectos de colaboración. Siguió el encuentro con el presidente del Parlamento, Gordan Jandroković, y la diputada Marijana Petir, líder del grupo interparlamentario de amistad Croacia-Israel.
En Croacia, fray Patton rindió homenaje a dos frailes franciscanos croatas que dieron su vida por la Tierra Santa y en Tierra Santa. Uno de ellos, fray Nikola Tavelić, es también el primer santo y mártir de la Custodia de Tierra Santa. Por su predicación, fue asesinado por los musulmanes en Jerusalén en 1391, junto con tres de sus hermanos. El Custodio de Tierra Santa visitó Šibenik, ciudad natal de fray Nikola, donde hay un santuario dedicado a él. Aquí, el Custodio celebró la misa, subrayando la relevancia de esta figura: “Para nosotros, los frailes de Tierra Santa, el testimonio de San Nicola y de sus compañeros constituye un ejemplo de fortaleza cristiana y de coraje misionero” afirmó fray Patton. Además, eso “ha motivado a miles de frailes procedentes de todo el mundo, a su vez, a dar su vida” al servicio de la Tierra Santa: “siendo presencia fraternal, orante y acogedora en los santuarios, en el servicio pastoral a la pequeña comunidad cristiana local y en el educativo abierto a todos, en mantener viva la memoria y la identidad cristiana de los lugares santos, en el estudio de la Escritura y de la arqueología bíblica, para dar testimonio del fundamento real de nuestra fe, en la acogida de los peregrinos, en el servicio a los pobres y los enfermos”.
Otra etapa importante fue Pučišići en la isla de Brač. Aquí, el Custodio presidió las celebraciones por el 150 aniversario del nacimiento de otro fraile franciscano croata, Jeronim Mihaic, que unió para siempre su nombre y su vida a la Tierra Santa. “Es un fraile muy importante para la Custodia – explicó fray Patton – porque consiguió comprar a los beduinos el Monte Nebo y el sitio de Mukhayyat. En 1933 inició las excavaciones arqueológicas en colaboración con el Studium Biblicum Franciscanum, que sacaron a la luz el Memorial de Moisés y la ciudad de Mukhayyat”. Fray Jeronim, que era hábil cabalgando y cazando, logró ganarse la confianza de la población local, y fue amigo del bisabuelo del actual rey de Jordania. Aún hoy sus restos descansan en la colina del Nebo, junto a los de Michele Piccirillo. En Pučišići, el Custodio bendijo una placa en memoria de fray Jeronim.
No podía faltar un homenaje a la “Nazaret croata”, en Trsat, suburbio de la ciudad de Rijeka. Según la tradición, la Santa Casa de Nazaret permaneció en este lugar durante tres años, de 1291 a 1294, antes de llegar a Loreto. En ese lugar, hoy se alza un santuario mariano. El 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, el Custodio presidió la misa de la aurora en la iglesia de San Antonio de Padua. Luego, el Custodio visitó la casa de retiros de Tabor, donde bendijo una estatua del Niño Jesús adquirida en Belén.
“Me ha impresionado mucho el inmenso interés de todos por la Tierra Santa y por lo que está ocurriendo”, dijo el Custodio a su regreso del viaje a Croacia. Allí encontró a quienes rezaban por la paz, pero también a muchos que expresaron su deseo de una solidaridad concreta. Incluso a nivel político, precisó, “he encontrado una gran sensibilidad y también voluntad para apoyar proyectos en Tierra Santa, especialmente en Belén”, donde los franciscanos gestionan algunas obras dedicadas en particular a los jóvenes: la Casa del Niño, Acción Católica y la escuela Terra Sancta. “También recibí mucha disponibilidad para apoyar proyectos en nuestras misiones en Siria y Líbano”, en el ámbito social.
Marinella Bandini