La indulgencia, don gratuito de la Misericordia divina, es una “gracia jubilar”. Nos “permite descubrir lo ilimitada que es la misericordia de Dios” a través del perdón de los pecados (en el sacramento de la Penitencia) y la remisión de las penas temporales.
También con motivo de este Jubileo, la Penitenciaría Apostólica “pretende alentar a las almas de los fieles a desear y alimentar el piadoso deseo de obtener la indulgencia” y por eso ha publicado un documento donde se establecen las condiciones y las directrices para ganar la indulgencia.