«Y tú, ¿dónde estás?» Marcha franciscana en el Líbano | Custodia Terrae Sanctae

«Y tú, ¿dónde estás?» Marcha franciscana en el Líbano

Este año, la tradicional marcha francisana estival ha reunido a jóvenes libaneses, sirios e iraquíes. A pesar de las dificultades de la región, estos jóvenes han tenido la oportunidad de vivir momentos fuertes para enraizar la esperanza en la fe.

La historia
«Y tú, ¿dónde estás?»
Buscando una respuesta a esta pregunta, este año noventa y ocho jóvenes han participado en la marcha franciscana. La marcha ha partido de Zahleh, en el valle de la Bekaa, desde el convento de San Francisco de los conventuales, hacia Nakash, al norte de Beirut, de las religiosas franciscanas, para terminar con la misa solemne presidida por el padre Simon Herro ofm, ministro regional, concelebrada por los superiores provinciales de los frailes capuchinos y conventuales en el Líbano.

«Y tú, ¿dónde estás?»
Cuarenta y cinco jóvenes libaneses, procedentes de todo el Líbano, junto a cuarenta y seis jóvenes sirios de Damasco, Alepo y Lataquia, y siete jóvenes iraquíes, refugiados en el Líbano, de la zona de Karakosh, se han reunido para compartir la simplicidad de la vida y la espiritualidad franciscanas. Junto a ellos caminaban tres frailes menores de la Custodia de Tierra Santa, cuatro frailes capuchinos y tres religiosas de distintas familias franciscanas en el Líbano.
El objetivo principal de la marcha era ayudar a estos jóvenes a reconciliarse con su pasado para vivir mejor el presente y gozar de la gracia del instante, para mirar con esperanza al futuro, a pesar de las dificultades de cada día.

«Y tú, ¿dónde estás?»
No es una simple pregunta, sino la realidad vivida por nuestros jóvenes, con el fin de colocarles ante sus responsabilidades en una tierra martirizada por la guerra y el odio, invitándoles a ser un signo testimonial para el mundo de hoy. De aquí nace el objetivo indirecto de la marcha: sacar a nuestros jóvenes del estrés de cada día, para mirar la realidad desde un punto de vista más alejado, para entenderla y gestionarla mejor.
Para los libaneses, aceptar al prójimo como don de Dios y, con él, experimentar la fraternidad en la minoridad; para los sirios, aceptar los desafíos de todos los días y ser signo de esperanza; para los iraquíes, aceptar las nuevas condiciones y luchar para vencer contra la memoria herida del pasado.
Al comienzo pensábamos afrontar algunas dificultades en la realización de este proyecto, pero haciendo camino, compartiendo el esfuerzo de cada día de la marcha -hemos recorrido casi 84 km- los jóvenes se han mostrado generosos, tanto en su disponibilidad, como en su apertura al prójimo y en la formación humana, social y espiritual demostradas.
Las charlas cotidianas las han impartido distintos frailes nuestros, conventuales y capuchinos, además de dos testimonios, uno de exdrogadictos que viven en el centro de desintoxicación de Zahleh, entre ellos una joven musulmana que se hizo bautizar. Otro testimonio lo ofreció el responsable de un grupo misionero de Beirut, que animó a los jóvenes a llevar el anuncio alegre del Evangelio a todos los hombres y a ser fieles a su bautismo.
Terminada la marcha, los jóvenes han vuelto a sus parroquias, llevando en su corazón una respuesta y al resto de los jóvenes una pregunta: «Y tú, ¿dónde estás?».
Enhorabuena a todos y hasta la próxima marcha, que se celebrará del 4 al 11 de agosto de 2016.

Fray Taufic Bu Mehri ofm