9 de enero. Desde el palacio presidencial, se advierte a fra Atef que, al día siguiente, el señor Gerard Schroeder, visitará el santuario de San Ananías. El ex Canciller llega hacia las 11, acompañado del Embajador de Alemania y algunos representantes del gobierno. Le saludo con una expresión en alemán, aprendida hace tantos años, y me presento como encargado de la parroquia latina de Bab Touma, luego presento a fra Atef, responsable del Santuario. El Comité de la visita tenía un guía propio, pero me propuse ampliar todas las explicaciones en inglés sobre la historia del Santuario. Le he mostrado los seis papas siríacos, y he subrayado el honor con el que el presidente Bashar había recibido al papa Juan Pablo II. Le he hecho notar también que uno de los papas se llamaba Costantin, como el apellido de mi familia. Hemos recordado también al papa Benedicto XVI. “Es de Baviera, ¡como yo!”, ha afirmado el señor Gerard Schroeder.
Una vez que hemos bajado a la Cripta, he pedido al señor Schroeder que encendiera una vela por las intenciones de su familia y de Alemania. Recuerdo a los visitantes que cada sábado se celebra la Misa en el santuario. Dejo después a su guía que explique en alemán el encuentro de san Pablo con Jesús.
Después de haber firmado el Libro de Visitas, volvemos a la pequeña plaza del Santuario donde se le ofrece al señor Gerard Schroeder y séquito algunos recuerdos, y aprovecho para presentarle a Choukri, el padre de Abuna Atef, subrayando que tiene 11 hijos. El Canciller responde: “Yo sólo tengo tres”, y le estrecha la mano con calor y simpatía.
fra Joseph COSTANTIN OFM
Una vez que hemos bajado a la Cripta, he pedido al señor Schroeder que encendiera una vela por las intenciones de su familia y de Alemania. Recuerdo a los visitantes que cada sábado se celebra la Misa en el santuario. Dejo después a su guía que explique en alemán el encuentro de san Pablo con Jesús.
Después de haber firmado el Libro de Visitas, volvemos a la pequeña plaza del Santuario donde se le ofrece al señor Gerard Schroeder y séquito algunos recuerdos, y aprovecho para presentarle a Choukri, el padre de Abuna Atef, subrayando que tiene 11 hijos. El Canciller responde: “Yo sólo tengo tres”, y le estrecha la mano con calor y simpatía.
fra Joseph COSTANTIN OFM