El Capítulo de la Custodia ha dado comienzo este domingo 4 de julio y se cerrará el 15 del mismo mes. Una de sus primeras etapas ha sido la conmemoración del lavatorio de los pies en el Cenáculo.
La celebración ha estado presidida por el Custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa, acompañado por el Presidente del Capítulo, fray Francesco Bravi, y por el Nuncio y Delegado apostólico, Mons. Antonio Franco. En un Cenáculo reservado a los franciscanos y a sus invitados, en el lugar inicial de los mismos franciscanos en Tierra Santa, y más aún para la Iglesia, el Custodio de Tierra Santa ha invitado a sus hermanos a volver a los orígenes de su vocación en esta Tierra y a los orígenes de aquello que la Iglesia naciente vivió en el Cenáculo recibiendo el don de la Eucaristía en espíritu de servicio humilde y gratuito, con el don del Espíritu que renueva todas las cosas en cada uno. Como signo fuerte de la celebración el Custodio ha lavado los pies a seis frailes, representantes de seis distintos tipos de servicio en la Custodia, y a seis laicos, trabajadores de distintas formas al servicio de la Tierra Santa a través de la Custodia.
Mientras las distintas sesiones del capítulo se celebran en un clima a modo de cónclave, en la discreción y en la seriedad (véase el blog del capítulo), con motivo de esta celebración en el Cenáculo la Custodia ha invitado a unirse a la oración incluso a algunos religiosos y laicos ligados a la Custodia.
De alguna forma, toda la Tierra Santa y todo el territorio que abarca la Custodia se ve afectado por este importante evento franciscano. De hecho, con este Capítulo se elegirá por los cerca de 60 frailes reunidos, de un total de 300 con los que cuenta la Custodia, un nuevo Discretorio –el consejo de administración de la Custodia- y un nuevo Vicario. Todos ellos serán renovados.
Será el nuevo Discretorio el que, en un congreso capitular, procederá a establecer todos los nombramientos y cambios en la dirección de los santuarios, los conventos y los distintos lugares de la Custodia. Es por esto que los cristianos locales están también pendientes. La espera les apasiona hasta el punto de haberse organizado un capítulo paralelo, obviamente no oficial, en la calle. Hay quien dice que tal párroco será cambiado y que tal otro le sustituirá… En la calle se comenta tal o cual nombramiento, el nombramiento de un nuevo guardián en tal sitio alegra o entristece… Entre las voces, los rumores, los auspicios, los sueños y las indiscreciones, el capítulo de la calle muestra hasta qué punto el futuro de la Custodia interesa a la Iglesia local y cuánto está profundamente unida a ella.
Una iglesia local y universal que no son olvidadas por los frailes capitulares. Tanto más cuanto que el grupo lingüístico de franciscanos originarios de los países árabes es el segundo grupo más importante en términos numéricos dentro de la Custodia, después del de los italianos y antes que el de los españoles y el de los polacos. La Custodia comprende en total frailes de 33 nacionalidades distintas.
En su programa de servicio a la iglesia local y universal, el Capítulo de la Custodia recibirá primero al Nuncio y Delegado apostólico, Mons. Antonio Franco, y luego al Patriarca de Jerusalén, Su Beatitud Mons. Fouad Twa, para escucharles y atender tanto sus críticas como sus expectativas.
De momento, tras haber escuchado los informes sobre las principales actividades de la Custodia, los frailes siguen trabajando en comisiones para afinar, orientar y profundizar en los ejes que caracterizarán a la Custodia en los tres próximos años.
La historia con minúsculas dirá si el capítulo de la calle estaba bien informado. La Historia con mayúsculas recordará que los franciscanos están al servicio de la Custodia de Tierra Santa desde hace casi 800 años. ¡Eso sí que son unos hermosos capítulos!
Mab
La celebración ha estado presidida por el Custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa, acompañado por el Presidente del Capítulo, fray Francesco Bravi, y por el Nuncio y Delegado apostólico, Mons. Antonio Franco. En un Cenáculo reservado a los franciscanos y a sus invitados, en el lugar inicial de los mismos franciscanos en Tierra Santa, y más aún para la Iglesia, el Custodio de Tierra Santa ha invitado a sus hermanos a volver a los orígenes de su vocación en esta Tierra y a los orígenes de aquello que la Iglesia naciente vivió en el Cenáculo recibiendo el don de la Eucaristía en espíritu de servicio humilde y gratuito, con el don del Espíritu que renueva todas las cosas en cada uno. Como signo fuerte de la celebración el Custodio ha lavado los pies a seis frailes, representantes de seis distintos tipos de servicio en la Custodia, y a seis laicos, trabajadores de distintas formas al servicio de la Tierra Santa a través de la Custodia.
Mientras las distintas sesiones del capítulo se celebran en un clima a modo de cónclave, en la discreción y en la seriedad (véase el blog del capítulo), con motivo de esta celebración en el Cenáculo la Custodia ha invitado a unirse a la oración incluso a algunos religiosos y laicos ligados a la Custodia.
De alguna forma, toda la Tierra Santa y todo el territorio que abarca la Custodia se ve afectado por este importante evento franciscano. De hecho, con este Capítulo se elegirá por los cerca de 60 frailes reunidos, de un total de 300 con los que cuenta la Custodia, un nuevo Discretorio –el consejo de administración de la Custodia- y un nuevo Vicario. Todos ellos serán renovados.
Será el nuevo Discretorio el que, en un congreso capitular, procederá a establecer todos los nombramientos y cambios en la dirección de los santuarios, los conventos y los distintos lugares de la Custodia. Es por esto que los cristianos locales están también pendientes. La espera les apasiona hasta el punto de haberse organizado un capítulo paralelo, obviamente no oficial, en la calle. Hay quien dice que tal párroco será cambiado y que tal otro le sustituirá… En la calle se comenta tal o cual nombramiento, el nombramiento de un nuevo guardián en tal sitio alegra o entristece… Entre las voces, los rumores, los auspicios, los sueños y las indiscreciones, el capítulo de la calle muestra hasta qué punto el futuro de la Custodia interesa a la Iglesia local y cuánto está profundamente unida a ella.
Una iglesia local y universal que no son olvidadas por los frailes capitulares. Tanto más cuanto que el grupo lingüístico de franciscanos originarios de los países árabes es el segundo grupo más importante en términos numéricos dentro de la Custodia, después del de los italianos y antes que el de los españoles y el de los polacos. La Custodia comprende en total frailes de 33 nacionalidades distintas.
En su programa de servicio a la iglesia local y universal, el Capítulo de la Custodia recibirá primero al Nuncio y Delegado apostólico, Mons. Antonio Franco, y luego al Patriarca de Jerusalén, Su Beatitud Mons. Fouad Twa, para escucharles y atender tanto sus críticas como sus expectativas.
De momento, tras haber escuchado los informes sobre las principales actividades de la Custodia, los frailes siguen trabajando en comisiones para afinar, orientar y profundizar en los ejes que caracterizarán a la Custodia en los tres próximos años.
La historia con minúsculas dirá si el capítulo de la calle estaba bien informado. La Historia con mayúsculas recordará que los franciscanos están al servicio de la Custodia de Tierra Santa desde hace casi 800 años. ¡Eso sí que son unos hermosos capítulos!
Mab