Un mensaje del Custodio de Tierra Santa, P. Pierbattista Pizzaballa a los Jóvenes de AC del mundo | Custodia Terrae Sanctae

Un mensaje del Custodio de Tierra Santa, P. Pierbattista Pizzaballa a los Jóvenes de AC del mundo

Jerusalém. 13 de marzo de 2007



Queridos Jóvenes

Los compromisos parroquiales les reclaman una participación activa para disponer mejor el clima y el desarrollo de las celebraciones que convocarán a los fieles en la gloria de la resurrección.

Entre estos compromisos “en todas las iglesia y en todos los oratorios, pertenecientes tanto al clero diocesano como al religiosos, una vez al año, el Viernes Santo o en otro día designado por el ordinario del lugar, junto a la particular oración por nuestros hermanos de la Iglesia de Tierra Santa, se recoja una colecta, a ellos destinada”.

Estas palabras de Pablo VI resumen y vuelven a proponer un compromiso iniciado en 1589 por el Papa Sixto V y que cada papa ha hecho suyo.

Pero el deber de sostener la Iglesia madre de Jerusalén tiene raíces lejanas, que la palabra de Dios, a través del relato de los Hechos de los Apóstoles, nos indica como prioridad para los discípulos hacia los hermanos de Judea. (Hch 11, 29-30), o de los corintios cuya gran generosidad la consigna Pablo (1Cor 16, 1-6).

Posteriormente, por muchos siglos, a partir de 1309, los franciscanos son los únicos protagonistas, en el ámbito católico, de la vida eclesial en Tierra Santa.

Es necesario, “dirigirnos directamente a los grandes y a los humildes para recolectar limosnas” (Paolo VI, Nobis in animo): Tierra santa es tierra de conflictos, la gente que aquí vive tiene necesidad de aquel amor que se expresa en la caridad.

Tienen necesidad estos hermanos de la soga, así llaman a los franciscanos que se radican aquí en virtud de un Dios que les pide, tantas veces, la fidelidad hasta el martirio. Curan a los enfermos, construyen casas, e iglesias, se dedican a la educación de la juventud, aman esta tierra bajo cuyas antiguas ruinas buscan signos del pasaje de un Hombre ellos saben que es ekl Mesías.

Testimonian un amor por la Tierra Santa y por la gente. Ellos son los mediadores entre estas dos realidades: Lugares santos y presencia cristiana. Mantienen viva en esta Tierra tan particular, el perfil y la vocación universal de la Iglesia y de los lugares santos, que son patrimonio irrenunciable para todos.

Si hoy se puede, desde cada ángulo del mundo, congregar peregrinos para abrevarse en las raíces de la fe y de la Iglesia, ello se debe al fiel servicio de custodia que los hijos de San Francisco han realizado con generosidad y sacrificio por más de siete siglos de historia.

Tierra de ecumenismo donde la Custodia ha aprendido a convivir y a expresarse con los hermanos de otras iglesias y junto a ellos compartir la hospitalidad a los peregrinos en el lugar del nacimiento y de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Tierra de diálogo con el Islam - donde la Custodia ha construido escuelas abiertas a todos, guarderías abiertas a todos, centros sociales abiertos a todos.

Y de diálogo con el hebraísmo, a través de iniciativas a nivel cultural y arqueológico.

Tierra de un conflicto político y religioso que se retrotrae a años y que ha desgarrado la vida de estos dos Pueblos. Los Hermanos están aquí: en esta tierra donde ser cristiano no es fácil, no obstante, toda la actividad realizada en nombre de la Iglesia y estar en los Lugares que han sido testigos de la Revelación, son su principal vocación.

Por esto, ayudar a Tierra Santa a travésd ela Colecta del Viernes Santo(nuestro mayor recurso!) es muy fundamental. Esto requiere a ustedes el conocer el por qué y la historia de la colecta, la Custodia de la Tierra Santa y los proyectos que en este momento está sosteniendo y que dependen de la generosidad de los cristianos de todo el mundo.

Ser capaces de explicar estas cosas a vuestros párrocos, a la gente de vuestras parroquias es un acto de amor hacia vuestra Iglesia, cada uno en su propia Iglesia local, todos juntos por la Iglesia Madre de Jerusalén.

fr Pierbattista Pizzaballa ofm
Custodio de Tierra Santa