El pueblo de Ghassanieh, en Siria, vivió el 7 de noviembre de 2025 un acontecimiento histórico que marca el regreso de la esperanza cristiana después de catorce años de ausencia forzada debido a la ocupación de grupos armados. La jornada, vivida en comunión entre las diferentes confesiones cristianas, representa un verdadero renacimiento para toda la comunidad.
En la carta dirigida a los frailes de la Custodia (que se adjunta), el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Ielpo, subraya el significado profundamente eclesial y humano de este encuentro: "Deseo compartir con todos vosotros una gran alegría que concierne no solo a nuestra fraternidad de Siria, sino a toda la Custodia de Tierra Santa." El evento, celebrado en la parroquia de Ghassanieh, se realiza después de catorce años de sufrimientos y privaciones, culminando con la restitución de las casas y tierras a sus legítimos propietarios cristianos.

El Custodio recuerda con gratitud el compromiso y la perseverancia de los frailes de la Custodia en Siria, entre ellos Mons. Hanna Jallouf, fray Diaa Aziz, fray Louai Bsharat y fray Khoukaz Mesrob, que "han custodiado con fe y valentía la presencia cristiana en una tierra herida pero siempre viva en el corazón de Cristo", y recuerda el testimonio del mártir padre François Murad.
En la carta, se lanza también un llamamiento a la oración y a la unidad espiritual de todas las fraternidades: "Invito, por tanto, a cada fraternidad de la Custodia a unirse espiritualmente a los hermanos de Ghassanieh en oración y gratitud, para que este signo de esperanza se convierta para todos nosotros en un llamado a la fidelidad y a la perseverancia en el servicio del Evangelio, incluso en las situaciones más difíciles."
La jornada de Ghassanieh contó con la participación de las principales autoridades religiosas: el Vicario Apostólico, el obispo greco-ortodoxo de Latakia y el representante de la Iglesia anglicana. El programa incluyó un itinerario de oración que unió simbólicamente las tres iglesias del pueblo (anglicana, ortodoxa y franciscana). En la iglesia franciscana, el Vicario Apostólico dirigió el rezo del Padre Nuestro y del Ave María en una atmósfera de intensa emoción.
En el discurso pronunciado en nombre del Custodio de Tierra Santa por fray Bahjat Karakash, se destacó el valor de la resiliencia, la fraternidad y una fe que perdura en el tiempo. Para muchos, entre ellos fray Raimondo Girgis, discreto de Tierra Santa e hijo de este pueblo, la jornada constituyó un regreso a las raíces: "Ghassanieh ha vuelto, la esperanza está viva, la fe ha vencido."
Francesco Guaraldi
