«¡Todos somos Cleofás y Simeón!» | Custodia Terrae Sanctae

«¡Todos somos Cleofás y Simeón!»

Este lunes 6 de abril, los autobuses de peregrinos se han dirigido a Emaús Qubaybe para participar en la misa pontifical, presidida por fray Pierbattista Pizzaballa, custodio de Tierra Santa, a la que ha seguido la bendición del pan. Apenas superado el puesto de control israelí la escena cambia radicalmente; en la sinuosa carretera que lleva hasta el santuario se alternan casas de piedra blanca y olivos plantados en una tierra de color rojo. El santuario se confunde en este paisaje pastoril, ofreciendo una imagen familiar y un ambiente relajante.
La misa ha comenzado con el canto del Aleluya. Las oraciones -en árabe, latín e italiano- han permitido que la asamblea participe. «Cristo no nos abandona, ¡ni en los momentos de duda!», ha afirmado fray Ramzi Sidawi ofm. «Hemos recorrido el camino de Cleofás y Simeón. Todos podemos tener dudas. Caminamos con Él, Él nos alcanzará en la Escritura y en nuestro camino cotidiano de fe».
Tras la comunión se ha procedido a la bendición del pan, que el custodio ha distribuido a todos los fieles presentes; entre ellos estaba Maya, una joven de la parroquia de Jerusalén. «Sí, soy una cristiana local y la emoción puede que sea menor con respecto a la de un peregrino -confía-, por eso debo esforzarme en ponerme en su lugar. Los peregrinos contribuyen a la fe de los cristianos locales, y nuestra presencia les reconforta. Nos alimentamos unos de otros».
Fray Firás Hiyazín ofm ha explicado que, si en este lunes de Pascua tuviera que resumir la Semana Santa, sería con «una invitación a una nueva humanidad: el mundo necesita de una nueva dirección, porque vivimos tiempos difíciles, pero debemos vivir en la esperanza, en la oración y en la solidaridad. Tal solidaridad -ha concluido- se manifiesta con la presencia de peregrinos del mundo entero, porque todo cristiano es guardián de la Tierra Santa».
La asamblea ha sido invitada después a almorzar y disfrutar del buen tiempo. Algunos se han quedado a la sombra, otros se han tumbado en el césped, y otros han disfrutado de la vista estupenda que ofrece la terraza sobre los valles en dirección al Mediterráneo.
Un niño vestido con hábito franciscano, acompañado por su madre, ha sido el primero en encontrar un puesto antes de la celebración de las vísperas que han puesto punto final al lunes de Pascua.