“Todo sirve para el bien”, la profesión solemne de fray Flavio

“Tutto concorre al bene”, la professione solenne di fra Flavio

El jueves 10 de octubre, fray Flavio Antonio Curto Gutiérrez hizo su profesión solemne (perpetua) en la Orden de los Frailes Menores en Jerusalén, a manos del Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton. Con este paso, fray Flavio asume definitivamente el compromiso de seguir las huellas del Señor, siguiendo el ejemplo de San Francisco, viviendo en obediencia, sin nada propio y en castidad.

“Todo sirve para el bien”

La celebración tuvo lugar cinco días después de la de sus 16 compañeros. Fray Flavio se encontraba entonces en el extranjero por motivos de estudios y no consiguió llegar a tiempo para la fecha prevista debido a la guerra y la cancelación de vuelos.  Un imprevisto del que se puede extraer una lección de vida – subrayó el Custodio en su homilía – con la certeza de que, como dice San Pablo, “a los que aman a Dios todo les sirve para el bien” (cfr Rm 8,28).

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Puedes confiar en Dios y hay una fraternidad que cuida de ti. Te encontrabas lejos de tu país (Perú, N. del R.) y también lejos de tu fraternidad, pero Dios veló por ti y tu fraternidad encontró la manera de acompañarte. Así, podemos responder con confianza a la llamada que Dios nos hace y podemos experimentar verdaderamente que todo sirve para nuestro bien si amamos a Dios”. Continuó el Custodio: “Nuestra seguridad no está dada por el contexto político, social, económico ni siquiera religioso en el que estamos viviendo, sino únicamente por haber puesto nuestra vida y nuestra persona en manos del Señor. Y eso es exactamente lo que tú estás haciendo hoy de forma solemne y definitiva”.

“Hágase la voluntad del Señor”

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Hágase la voluntad del Señor” es una frase de San Manuel Ruiz, franciscano de la Custodia, mártir en Damasco, que fray Flavio y sus compañeros eligieron como lema para su profesión. Una frase que tiene su origen en el evangelio de la agonía de Jesús. “El acto que ha tenido lugar esta tarde es también el reflejo de aquella noche del Jueves Santo, porque la profesión solemne es una renuncia a la propia voluntad para abrazar la de Dios”, dijo fray Flavio en su acción de gracias al terminar la misa. “La llamada a la vida consagrada es un don que el Señor me ha dado gratuitamente y con gratuidad intento responder, tratando de entender su voluntad en mí para así poder devolverle todo a Él y darle gracias como mi Creador, mi fuerza, mi fundamento, principio y culminación de mi vida”. A los presentes les pidió que siguieran estando “unidos en la caridad y en la oración para que podamos hacer siempre la voluntad de Dios”.

Marinella Bandini

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