Las recientes noticias sobre las evacuaciones forzadas de la Ciudad de Gaza y la progresiva ocupación militar de la ciudad, con dramáticas consecuencias en términos de víctimas inocentes y de crisis humanitaria, han suscitado en nuestros corazones un dolor aún mayor y cercanía hacia los cristianos y toda la población de Gaza, que desde hace casi dos años sobreviven en un conflicto sin precedentes.
Como Custodia de Tierra Santa, deseamos expresar nuestra fraterna cercanía y solidaridad con los Patriarcados Latino y Griego Ortodoxo de Jerusalén, que, junto con sus sacerdotes, religiosos y religiosas, continúan garantizando una presencia junto a los cristianos de la Ciudad de Gaza.
Solo podemos imaginar qué sentimientos habitan en el corazón de los Patriarcas y de sus comunidades. Somos como María, al pie de la cruz, ante la perpetuación de la pasión del Viernes Santo en los miembros sufrientes del Cuerpo de Cristo.
Expresamos profunda preocupación por el destino de la población de la Ciudad de Gaza y, al mismo tiempo, gratitud por el valiente testimonio de fe de quienes, siguiendo las huellas del Buen Pastor, han decidido no abandonar a su rebaño — con la presencia física junto a los más débiles y vulnerables y con la Palabra de quien sabe que solo el Amor vence al odio, la venganza y la muerte.
Unidos en oración con los Patriarcas latino y griego ortodoxo de Jerusalén, hacemos un llamado a las conciencias de quienes pueden detener esta espiral de violencia sin sentido, para que finalmente emprendan acciones eficaces que pongan fin a esta guerra y al sufrimiento de todas sus víctimas.