La misa en el Santo Sepulcro ante la edícula de la Resurrección, la luz de las velas en Nazaret en el Santuario que custodia la gruta del sí de María y muchas más etapas siguiendo las huellas de Cristo… vividas todas con una intención particular: celebrar el primer aniversario de la beatificación de Juan Pablo II, el Papa que tanto amó Tierra Santa, visitada por él en el año 2000.
Concluyó en Galilea una especial peregrinación de 600 polacos acompañados por el arzobispo de Cracovia, el cardenal Stanisław Dziwisz, el hombre que estuvo junto a Karol Wojtyla, como secretario particular, durante más de 40 años.
S. Em. Card. STANISLAW DZIWISZ
Arzobispo de Cracovia
Para nosotros la beatificación de Juan Pablo II fue un gran regalo de Dios y de la Iglesia, es decir, un regalo de Benedicto XVI. Y los regalos hay que agradecerlos. Nosotros lo hemos agradecido en Polonia pero también aquí porque Juan Pablo II estaba muy unido a esta tierra.
En el santuario del Primado, en el lugar en el que la tradición sitúa una de las apariciones del resucitado y la conmovedora conversación en la que Jesús pregunta a Pedro tres veces “¿me quieres?”, el cardenal recuerda la visita de Juan Pablo II en este lugar santo.
S. Em. Card. STANISLAW DZIWISZ
Arzobispo de Cracovia
Él vino aquí también como arzobispo de Cracovia durante el Concilio, pero ciertamente venir aquí como sucesor de Pedro fue una cosa vivida por él profundamente. No quería hablar con nadie, quería solo hablar con el Señor. Y tal vez él respondía “tú sabes que te amo”. Se acercó a esta piedra para besarla… probablemente vivió un especial encuentro espiritual con el Señor.
Y aquí en el amplio espacio abierto junto a la Iglesia del Primado tuvo lugar la Misa conclusiva de la peregrinación, al término de la cual el cardenal hizo, por así decirlo, un regalo a Tierra Santa, un especialísimo regalo: una reliquia de Juan Pablo II, recogida en manos del Vicario de la Custodia de Tierra Santa, Padre Artemio Vítores, que a su vez entregó al arzobispo de Cracovia un pedazo de roca del Gólgota.
Acto seguido todos junto a un altavoz para estar en comunión con el actual sucesor de Pedro, Benedicto XVI que desde Roma durante el Regina Coeli saludó a los peregrinos polacos en Tierra Santa.
S. Em. Card. STANISLAW DZIWISZ
Arzobispo de Cracovia
Hemos venido aquí para agradecer, pero también para profundizar en nuestras fe y nuestro acercamiento a Jesucristo y también a la iglesia. Y aquí, sin necesidad de leer, nos encontramos con el Señor. Yo recito el breviario cada día y leo la Sagrada Escritura… pero es diferente cuando se lee y se reza aquí. Porque uno se siente junto a Jesucristo y toda la historia de la Redención.
EL VIDEO:
Concluyó en Galilea una especial peregrinación de 600 polacos acompañados por el arzobispo de Cracovia, el cardenal Stanisław Dziwisz, el hombre que estuvo junto a Karol Wojtyla, como secretario particular, durante más de 40 años.
S. Em. Card. STANISLAW DZIWISZ
Arzobispo de Cracovia
Para nosotros la beatificación de Juan Pablo II fue un gran regalo de Dios y de la Iglesia, es decir, un regalo de Benedicto XVI. Y los regalos hay que agradecerlos. Nosotros lo hemos agradecido en Polonia pero también aquí porque Juan Pablo II estaba muy unido a esta tierra.
En el santuario del Primado, en el lugar en el que la tradición sitúa una de las apariciones del resucitado y la conmovedora conversación en la que Jesús pregunta a Pedro tres veces “¿me quieres?”, el cardenal recuerda la visita de Juan Pablo II en este lugar santo.
S. Em. Card. STANISLAW DZIWISZ
Arzobispo de Cracovia
Él vino aquí también como arzobispo de Cracovia durante el Concilio, pero ciertamente venir aquí como sucesor de Pedro fue una cosa vivida por él profundamente. No quería hablar con nadie, quería solo hablar con el Señor. Y tal vez él respondía “tú sabes que te amo”. Se acercó a esta piedra para besarla… probablemente vivió un especial encuentro espiritual con el Señor.
Y aquí en el amplio espacio abierto junto a la Iglesia del Primado tuvo lugar la Misa conclusiva de la peregrinación, al término de la cual el cardenal hizo, por así decirlo, un regalo a Tierra Santa, un especialísimo regalo: una reliquia de Juan Pablo II, recogida en manos del Vicario de la Custodia de Tierra Santa, Padre Artemio Vítores, que a su vez entregó al arzobispo de Cracovia un pedazo de roca del Gólgota.
Acto seguido todos junto a un altavoz para estar en comunión con el actual sucesor de Pedro, Benedicto XVI que desde Roma durante el Regina Coeli saludó a los peregrinos polacos en Tierra Santa.
S. Em. Card. STANISLAW DZIWISZ
Arzobispo de Cracovia
Hemos venido aquí para agradecer, pero también para profundizar en nuestras fe y nuestro acercamiento a Jesucristo y también a la iglesia. Y aquí, sin necesidad de leer, nos encontramos con el Señor. Yo recito el breviario cada día y leo la Sagrada Escritura… pero es diferente cuando se lee y se reza aquí. Porque uno se siente junto a Jesucristo y toda la historia de la Redención.
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