“Sed testigos alegres de Cristo”. Ordenaciones sacerdotales y diaconales en San Salvador | Custodia Terrae Sanctae

“Sed testigos alegres de Cristo”. Ordenaciones sacerdotales y diaconales en San Salvador

Jerusalén, 29 de junio de 2011

Una de las imágenes que generalmente impresionan más y se quedan grabadas en la memoria de quien asiste por primera vez a una ordenación es la de ver a los candidatos postrados con el rostro en tierra, delante del altar. El rostro en tierra, durante el canto de las letanías, “en señal de humildad y de espera”, como ha explicado Mons. William Shomali.Esta mañana, en San Salvador, el obispo auxiliar del Patriarcado latino de Jerusalén ha presidido la misa solemne durante la cual ocho franciscanos han recibido el sacramento del orden, un sacramento gracias al cual en la Iglesia se continúa ejerciendo la misión confiada por Cristo a sus apóstoles.

“Heme aquí”. Ochos hombres, jóvenes de distinta procedencia, sonrientes y emocionados, se han presentado al obispo. Acompañándoles desde los bancos de la iglesia, desde el altar y el coro estaban sus familiares, amigos, profesores y compañeros de estudios.

Cinco de ellos -fray Zdenko Gruber, fray Tymoteusz Marszalek, fray Adrian Maznicki, fray Salvador Rosas Flores y fray Roger Saad- han recibido la ordenación sacerdotal, mientras que fray Fernando Comparan, fray Jorge Humberto Espinoza y fray Antonino Milazzo han recibido la ordenación diaconal.

“De las informaciones recogidas entre el pueblo cristiano y según el juicio de aquellos que han atendido a su formación, puedo atestiguar que son dignos”. Ha sido el padre Custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, quien ha respondido a la pregunta del obispo -“¿Estás seguro que son dignos?”-, con la que se inicia el rito, inmediatamente después de la llamada de los ordenandos. Después han llegado las promesas en las que, delante de todo el pueblo, los ocho frailes han manifestado y confirmado su voluntad de asumir los trabajos derivados del diaconado y del presbiterado. Finalmente, tras la oración de las letanías, se ha realizado la ordenación propiamente dicha con la imposición de las manos y la invocación del Espíritu Santo.

“En toda circunstancia estáis llamados a ser testigos de Cristo”. Éste es el mensaje que Mons. Shomali ha dirigido a los ocho jóvenes pocos minutos antes, en su homilía.

“Ser sacerdote quiere decir ser amigo de Cristo, pero también significa estar llamado a la santidad. El Señor necesita de hombres entregados y consagrados completamente y el mundo de hoy con sus dificultades, las divisiones, los odios y las guerras, tiene una gran necesidad de escuchar la Buena Nueva. La salvación no puede venir sino de Cristo, sin Él la vida es absurda y vosotros debéis ser ejemplo de esto con vuestras obras antes incluso que con vuestras palabras.”.

El rito ha concluido con la vestición de los diáconos y sacerdotes y con larguísimos abrazos en un día en que, como ha recordado también el obispo, “nos ha dado la triple alegría de estas ordenaciones, de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo y del sexagésimo aniversario de la ordenación sacerdotal del Papa Benedicto XVI”.


Texto de Serena Picariello
Fotos de Marie Armelle Beaulieu