En 2021 el papa Francisco, aceptando la propuesta de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ordenó por decreto la institución de la memoria de los santos Marta, María y Lázaro en el Calendario General Romano, el 29 de julio. Anteriormente, en el calendario solo figuraba la memoria de Marta.
El motivo de esta iniciativa gira en torno al importante testimonio evangélico que los tres hermanos de Betania dieron al acoger, cuidar y recibir a Jesús como amigo.
En Tierra Santa la fiesta de Santa Marta se celebra tradicionalmente el 29 de julio con una misa solemne en Betania, localidad de residencia de los tres hermanos amigos de Jesús, y una peregrinación que parte de la tumba de Lázaro hasta los santuarios de la Ascensión y del Pater Noster, en el Monte de los Olivos.
La mañana del viernes 29 de julio, por tanto, los frailes de la Custodia de Tierra Santa se dirigieron al santuario de la Amistad de Betania para celebrar no solo la memoria de Marta, sino también la de María y Lázaro, también importantes protagonistas de la vida pública de Cristo.
La iglesia actual fue construida por los franciscanos a comienzos de los años 50 del siglo pasado, para lo que contaron con la ayuda del arquitecto italiano Antonio Barluzzi. El santuario, consagrado en abril de 1954, se superpone a los restos de tres iglesias precedentes (dos bizantinas y otra de época cruzada), que se han intentado conservar en la medida de lo posible. De hecho, tanto dentro del edificio como en el patio anexo, se pueden ver fragmentos de los mosaicos del suelo de las dos iglesias bizantinas, mientras que en la entrada son visibles partes del ábside de la primera iglesia, bajo el pavimento.
Presidió la liturgia fray Marcelo Ariel Cichinelli, guardián del convento de San Salvador. En su homilía, fray Marcelo recordó la importancia y el papel que cada uno de estos tres amigos de Jesús tuvo en la economía de la salvación. “¿Qué significa ser amigos del Señor para estos tres personajes? Todos conocemos a Marta, cuya figura está ligada a la hospitalidad. En la tradición oriental la acogida es sagrada, tanto que en la lectura de hoy se recuerda la acogida de Abraham a los tres hombres que le visitan en la hora más calurosa del día, junto a las encinas de Mambré (Génesis, 18,1-10a). Sabemos también que el servicio no sirve de nada si no va acompañado de la escucha. Y esta es la mejor parte, la que escoge María”.
Finalmente, al hablar de Lázaro, el predicador subrayó que el desprendimiento que expresa en la oscuridad de su sepulcro representa un primer anuncio de la resurrección de Cristo. El caso de Lázaro, en otras palabras, atestigua el prestarse a la manifestación del poder de Dios. Concluyendo el comentario de la Palabra, fray Marcelo insto a los fieles a preguntarse si efectivamente están dispuestos a entrar en amistad con Dios.
Tras la misa solemne, los frailes junto con los fieles, descansaron en los locales del santuario antes de continuar la peregrinación, cuya siguiente etapa fue la estructura adyacente que alberga la tumba de Lázaro. Ante la entrada del sepulcro se leyó el evangelio de Juan, que narra el episodio de la resurrección de Lázaro.
Al dejar Betania, la peregrinación se trasladó al Monte de los Olivos para hacer su entrada en la capilla de la Ascensión y concluir las celebraciones en el cercano santuario del Pater Noster.
Filippo De Grazia
