Tras la destrucción de los edificios constantinianos ordenada por el califa al Hakim (1009), el emperador Constantino Monómaco emprendió una restauración de las partes que todavía permanecían en pie en el Santo Sepulcro de Jerusalén. Esta restauración finalizó en 1048. Después de esta reconstrucción masiva, la Anástasis, es decir, el área circular que rodea la tumba vacía de Cristo, quedó esencialmente como era antes con sus muros periféricos y casi toda la columnata. En un nivel más elevado sobre esta columnata se conservó hasta el día de hoy una galería circular, totalmente practicable a excepción de un punto donde hay un muro que interrumpe las propiedades de los armenios y los latinos. En esta última, llamada precisamente “galería de los latinos”, en 1969 se realizó una excavación en el marco de las obras de restauración de la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén (1960-1974) a cargo del franciscano fray Virgilio C. Corbo, ofm.
En esa ocasión, se retiraron los bloques de piedra del pavimento existente y se encontró el pavimento anterior al incendio que dañó gravemente la basílica en 1808; bajo este, también se halló un suelo parcheado con recortes de mármol, que en las excavaciones realizadas posteriormente resultó ser parte del pavimento de mosaico (tipo pre-cosmatesco) del siglo XI. Durante la restauración de la galería latina, se colocó un nuevo suelo de losas de piedra, todavía presente, y las piezas más importantes del solado del siglo XI se conservaron, colgadas de las paredes.
Algunos de estos fragmentos, secciones de un único pavimento de mosaico, se han trasladado recientemente al Terra Sancta Museum de Jerusalén para su limpieza y consolidación. Las distintas partes seleccionadas presentan diferentes decoraciones: algunas figurativas y otras geométricas, contraviniendo así la homogeneidad del diseño de los mosaicos vigente en las iglesias de época bizantina. Esto, junto con la utilización de losas recuperadas, permite deducir que se trataba de material reciclado. Los motivos geométricos de forma circular embellecían el pavimento del pasillo de la galería, que terminaba coincidiendo con dos espacios semirrectangulares adornados más ricamente con motivos figurativos. Las teselas que componen estas secciones del suelo son de piedra y de pasta de vidrio.
En tiempos de la restauración del padre Corbo, los mosaicos en cuestión se colocaron sobre losas de cemento, según la costumbre vigente en la época. Aunque hoy en día se hace con materiales más ligeros, es posible afirmar que la aplicación de los mosaicos sobre losas de cemento, de algún modo los ha conservado. Por tanto, será tarea de los expertos del Museo de Terra Sancta limpiar y consolidar estos fragmentos del pavimento, de manera que se prolongue su vida.
Al final de las obras estas losas permanecerán expuestas de manera permanente en el Terra Sancta Museum, situado en el convento de la Flagelación, en la ciudad vieja de Jerusalén.
Filippo De Grazia