Santo Sepulcro: la fiesta del Descubrimiento de la Santa Cruz | Custodia Terrae Sanctae

Santo Sepulcro: la fiesta del Descubrimiento de la Santa Cruz

En la basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén, una capilla situada en las profundidades de la iglesia recuerda el hallazgo de la Cruz de Jesús. Para honrar este santo lugar, la Iglesia de Jerusalén ha mantenido hasta hoy la antigua fiesta dedicada precisamente al Descubrimiento (inventio, del latín) de la Santa Cruz, fiesta suprimida por la reforma litúrgica de 1969.

La celebración en el Santo Sepulcro tiene lugar cada año el 7 de mayo, en recuerdo del 7 de mayo del 351, cuando una enorme cruz luminosa apareció en el cielo, sobre el Santo Gólgota, extendiéndose hasta el Monte de los Olivos, como recuerda San Cirilo de Jerusalén.  El mismo santo menciona el hecho de la “invención” o descubrimiento de la Santa Cruz, por la madre del emperador Constantino, Santa Elena, que ocurrió en Jerusalén en 326, en un lugar no muy lejos del Calvario.  Allí, de hecho, se encontraba antiguamente una cantera en la que se dice que fue abandonada la cruz de Cristo.

Durante la procesión que se lleva a cabo diariamente en la basílica del Santo Sepulcro, la víspera de la solemnidad los frailes se detuvieron más tiempo en la capilla de Santa Elena. Allí, revestido con vestiduras rojas y doradas y ante la reliquia de la Santa Cruz, el Custodio de Tierra Santa fray Francesco Patton presidió las Primeras Vísperas, en presencia de la fraternidad franciscana del Santo Sepulcro.

A primera hora del 7 de mayo, con la lectura de la vigilia de la fiesta extraída de la Historia de la Iglesia de San Rufino, los frailes franciscanos de la Custodia recordaron luego el episodio del descubrimiento de la Santa Cruz: Santa Elena logró reconocer la verdadera cruz de Jesús entre las tres encontradas, porque esta curó a una mujer gravemente enferma.

“Existe el riesgo de que en este mundo incluso nosotros los cristianos perdamos el sentido de la cruz y tengamos que redescubrir su valor – dijo el Custodio de Tierra Santa en la homilía de la misa solemne del 7 de mayo. – Debemos, como Santa Elena, encontrar de nuevo la cruz y ¡encontrar la verdadera! Porque no todas las cruces curan y salvan, tan solo la de Jesús”.

Después, fray Francesco Patton quiso recordar a los papas que hablaron contra la tendencia del mundo secularizado a quitar o vaciar de sentido la Cruz de Cristo: desde Pablo VI en 1969, a Juan Pablo II en 1994, hasta llegar al papa Francisco. El Santo Padre, el 27 de marzo de 2020 rezó en el atrio de San Pedro en Roma ante una imagen del Crucificado y dijo: “Tenemos un ancla: en su Cruz hemos sido salvados. Tenemos un timón: en su Cruz hemos sido redimidos. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nada ni nadie nos separe de su amor redentor”.

“Hoy, como en tiempos de Santa Elena, necesitamos redescubrir la Cruz de Jesús si queremos experimentar la curación del corazón y la salvación, si queremos seguir viviendo con esperanza y si queremos encontrar un sentido pascual a nuestros propios sufrimientos y cruces”, concluyó fray Patton.

Al final de la misa, la reliquia de la Santa Cruz fue llevada en procesión a la basílica, dando tres vueltas alrededor de la tumba vacía de Cristo, mientras los frailes entonaban el célebre himno a la cruz: “O crux, ave, spes única! / Paschále quæ fers gáudium”, “Salve, oh Cruz, única esperanza, / que traes la alegría de la Pascua”.

 

Beatrice Guarrera