Profesión de Fray Samhar en La Verna | Custodia Terrae Sanctae

Profesión de Fray Samhar en La Verna

“El Señor me dio hermanos”. Hemos experimentado estas palabras de san Francisco hoy gracias a la primera profesión de nuestro hermano fray Samhar Ishak, procedente de Siria, la tierra que fue testigo de la conversión de san Pablo, el heraldo del Evangelio.

Hoy no se ha descubierto ninguna piedra antigua en Jerusalén sino algo más: la familia franciscana crece con el don de una nueva piedra viva y así no deja de entregarse totalmente para formar parte del nuevo templo de la Jerusalén celeste.

De manos de fray Paolo Fantaccini, ministro provincial de la Toscana y en presencia de los frailes de la Custodia provenientes de Roma, Montefalco y Frascati, junto a los postulantes y aspirantes y con la participación de su madre y sus dos hermanos, fray Samhar Ishak ha emitido su primera profesión religiosa. Antes de pronunciar ante la Iglesia su voluntad de consagrarse a Dios en nuestra fraternidad, ha cantado “Heme aquí, Señor…”, con una dulzura tan fuerte como para conmovernos a todos.

En su homilía, el padre Provincial ha subrayado la grandeza de la elección de Samhar y de todos nosotros: una elección que aparece como irrazonable y “fuera de moda” en el mundo de hoy, pero que vista con los ojos de la fe lleva a la plenitud. Es esta verdad la que nos hace libres para seguir al Señor.

Una elección realizada asumiendo y profesando los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia no significa ser insensibles, rígidos y deshumanizados. Al contrario. San Francisco siempre quiso que los frailes fueran, en su relación con los demás, corteses, dóciles, hospitalarios y cordiales, y esta belleza humana se ha manifestado en la persona de fray Samhar durante el año de prueba que acaba de concluir. Él, a pesar de estar lejos de su tierra y del ambiente de la Custodia, viviendo aquí en La Verna en una relativa soledad, ha sabido transmitir a los demás el perfume de una humanidad salvada, mostrando en su quehacer cotidiano su ser menor, dócil y acogedor, como san Francisco quiso y deseó que fueran sus frailes.

Fray William Makari