Por primera vez, tres palestinos se preparan para el diaconado permanente | Custodia Terrae Sanctae

Por primera vez, tres palestinos se preparan para el diaconado permanente

En Europa el hecho de que haya hombres que deciden prepararse para el diaconado permanente no es noticia. La situación es distinta en la diócesis de Jerusalén donde, hasta hace pocos días, esto no había ocurrido jamás.

Sin embargo, el domingo 15 de junio, tres [1] hombres casados y padres de familia han sido instituidos acólitos y lectores [2].

Bassem Ghattas, Samir El Hodali, Adel Moghrabi, los tres tienen unos cuarenta años. Personas asiduas en la vida parroquial, han seguido durante un año y medio una formación bíblica y teológica específica en el seminario diocesano de Beit Jala. Una formación que continuará incluso en los meses y años venideros y que les llevará, in sha’ Allah, si Dios quiere, en uno o dos años a la ordenación como diáconos permanentes.

Cuando se le pregunta a Mons. Michel Sabbah por qué este “retraso” en comparación con Occidente, él responde con una sonrisa: “La Iglesia de Roma avanza lentamente. La de Jerusalén, todavía más lentamente”. Sin embargo, desmiente que la institución de los diáconos permanentes sea un modo de afrontar la disminución de las vocaciones. “Gracias a Dios, dice Mons. Sabbah, nuestras parroquias tienen sacerdotes, y nuestros seminarios no se resienten de carencia de vocaciones. Lo que queremos es abrirnos a las más diversas actividades pastorales y fortalecer el papel de los laicos en el seno de la Iglesia”. Así, si la diócesis de Jerusalén se abre al diaconato permanente es, según Mons. Sabbah: “Para ofrecer a todos aquellos que puedan ser llamados y también a nuestra Iglesia, la gracia de este ministerio específico. Éste es uno de los frutos del sínodo”.

Inscrito entre las aspiraciones presentes en las actas del Sínodo, el diaconado permanente, sin embargo, ha necesitado mucho tiempo para ser puesto en práctica. ¿Quizá porque, dentro de una cultura religiosa que tributa un gran respeto a la figura del sacerdote, se cuestionaba la acogida de este nuevo ministerio? Pero, según Samir El Hodali: “Al final de la ceremonia, cuando hemos recibido las felicitaciones de parte de la asamblea, todos los que nos saludaban parecían estar muy orgullosos de nosotros. Nos lo decían. Y se podían leer incluso en sus rostros”. ¿No será, entonces, que la resistencia al ejercicio de su ministerio venga por parte de los sacerdotes? “Sin embargo, nuestro párroco, Ibrahim Faltas ofm, siempre nos ha animado. Ha sido él quien nos ha empujado a seguir este camino. Y sé que muchos sacerdotes diocesanos que están impacientes por vivir y hacernos vivir este ministerio a su lado”.

La institución como lectores y acólitos es sólo una de las etapas de un camino iniciado hace ya año y medio. “Hemos pensado otorgar estos ministerios para fuesen percibidos por la asamblea como útiles y operantes también entre los laicos”, dice Mons. Sabbah.

Tener un papel propio como laico en el seno de la Iglesia ha sido siempre la aspiración de Samir. “Conozco al padre Battistelli ofm [3] desde hace tiempo. Cuando yo era joven me preguntó que por qué no me hacía sacerdote. Le respondí que tenía el 50,5% de razones para no hacerlo, y el 49,5% para hacerlo. Realizando mis estudios en Roma, me di cuenta que era el papel de laico lo que más me atraía. Así, cuando me casé, el padre Battistelli me dijo que había prevalecido el 0,5%”.

Los futuros diáconos realizan su camino hacia este ministerio en pleno acuerdo con sus respectivas mujeres que, igual que sus maridos, deben presentar una documentación específica y su asentimiento por escrito en cada una de las etapas realizadas. “Se trata de una auténtica decisión común, dice Samir, porque influirá e incidirá sobre todos y cada uno de los aspectos de la vida de familia”. Familias que han respaldado su comunión de propósitos durante el desarrollo de la ceremonia, participando activamente en las lecturas y el ofertorio.

“Algunos pensaban que la Iglesia nos pagará. Puede ser que nos pague algún gasto realizado, sobre todo por los desplazamientos a lo largo de nuestro ministerio presente y futuro, pero cada uno de nosotros vivirá siempre y sólo de su propia actividad profesional. La Iglesia no nos dará nada. Seremos nosotros los que prestaremos servicio a la Iglesia”, precisa Samir.

La fiesta ha sido muy bonita. Adel, Bassem y Samir, los tres primeros palestinos en recorrer el camino hacia el diaconado permanente, estaban radiantes. Nosotros les deseamos un buen viaje.

Mab


Presentación de los tres futuros diacónos

Bassem Ghattas nació en 1966. Trabaja en la industria farmacéutica. Desde hace tiempo es miembro de la Legión de María de que la que es, actualmente, presidente para las Provincias de Israel y Palestina. Forma también parte de otras comisiones diocesanas. Es parroquiano de Jerusalén-Beit Hanina. Está casado con Thérèse y es padres de tres hijos.

Samir El Hodali (1962), después de haber realizado estudios de inglés en la Universidad de Belén y de Comunicación Social en Roma, desde 1994 es director del centro catequético del Patriarcado. Es parroquiano de Jerusalén-Beit Safafa y miembro de la coral parroquial de San Salvador y del coro de la Custodia de Tierra Santa. Está casado con Minerva y es padre de dos chicos.

Adel Moghrabi, nacido en 1966, ha estudiado inglés en la Universidad de Belén, Filosofía en Beit Jala, Liturgia e Historia de la Iglesia en la Universidad Lateranense de Roma. Actualmente es profesor de catecismo en el colegio de las Hermanas del Rosario de Beit Hanina (su parroquia). Está casado con Khula y tiene tres hijos.


[1] en realidad han sido cinco los que se han preparado para el diaconado. El cuarto es greco-católico (melquita) y reside en Belén; el quinto es un latino de Nazaret.

[2] Acolitado y lectorado: estas funciones, también llamadas órdenes menores, actualmente son ministerios. Consisten en el servicio junto al altar y a la Palabra de Dios.

[3] Giovanni Battistelli, antiguo Custodio de Tierra Santa.