Peregrinación a la casa de la amistad | Custodia Terrae Sanctae

Peregrinación a la casa de la amistad

Hoy, jueves 29 de julio, la Iglesia de Jerusalén ha celebrado la fiesta de los santos Lázaro, Marta y María y la Custodia se ha acercado en peregrinación hasta el santuario franciscano de Betania, contiguo a la tumba de Lázaro.

La mañana es muy calurosa y no habría habido una gran participación si no hubiese sido por un grupo de unos cuarenta sacerdotes de América Latina, hospedados mientras completan sus estudios en el centro de Notre Dame, que se han unido a una docena de frailes menores, algunos parroquianos infatigables de Jerusalén y unos pocos religiosos más.

Un primer grupo de peregrinos, llegados a primera hora, ha podido visitar los Lugares, guiados por fray Artemio Vítores, vicario custodial.
Mientras un grupo de peregrinos celebraba en la capilla llamada de los Cruzados, fray Artemio presidía la misa en la iglesia del santuario.
En su homilía ha subrayado que es en esta casa de la amistad donde se puede comprender mejor el corazón de Jesús. Del mismo modo, en la calidad de las relaciones con Marta y María podemos descubrir la belleza de la libertad con la que Jesús se relacionaba con las mujeres, a pesar de las costumbres y hábitos de su tiempo. Ha aprovechado también la ocasión para recordar a un amigo, fray Ignacio Peña ofm, que en la vigilia de la fiesta ha sido llamado a la casa del Padre después de una vida llena de trabajo, estudio, servicio a la Custodia y de prueba y sufrimiento en estos últimos años.

Tras la misa se ha podido visitar y rezar en la tumba de Lázaro. En este lugar, ahora musulmán, en donde se ha construido una mezquita –así como en la Ascensión y en el Cenáculo-, se les permite a los franciscanos la posibilidad de celebrar misa una vez al año, como así se ha hecho, a las 6 a.m. de la mañana.

Es de desear que los trabajos de reestructuración del camino, embellecido y repleto de tiendas de recuerdos, atraiga todavía más a los peregrinos, como así esperan las autoridades locales.

De hecho, como dice fray Michael Sarquah ofm, de la fraternidad de Betania, la situación de clausura en la que se encuentra el santuario, separado de Jerusalén por el Muro –la barrera de seguridad israelí- disuade a la mayor parte de los peregrinos de acercarse hasta aquí mientras recorren la carretera que va a Jericó.

Y es que hay un largo camino para los peregrinos que hoy quieran llegar hasta Betania, que se encuentra en la cima del Monte de los Olivos, muy cerca de Jerusalén. Hasta aquí sólo se puede llegar, hoy en día, en autobús, mientras que por los años sesenta los frailes y peregrinos podían llegar a pie desde Jerusalén.

Dos paradas, la primera en la Ascensión y la segunda en el Carmelo del Pater Noster, permiten nuevas procesiones y lecturas del Evangelio siguiendo los pasos de Jesús sobre este monte.

La próxima ocasión para peregrinar será para la Custodia, según fija la liturgia, el 6 de agosto al Monte Tabor, para recordar la Transfiguración de Jesús. Después, el 15 de agosto a la Tumba de la Virgen María.

Todos aquellos que quieran y puedan están cordialmente invitados a las peregrinaciones de los frailes.

Mab