A partir de Juan el Bautista, Dios hace nuevas todas las cosas | Custodia Terrae Sanctae

A partir de Juan el Bautista, Dios hace nuevas todas las cosas

Durante dos días, los frailes de la Custodia se han acercado hasta Ain Karem con ocasión de la fiesta de la Natividad de san Juan Bautista. Así, el domingo por la tarde, un autobús trasladó a numerosos frailes y algunos laicos al convento de San Juan en el Desierto, situado en una colina, para celebrar las primeras vísperas, como ya es tradición.
Fray Artemio Vítores presidió el oficio y la procesión a la gruta. En su homilía (en archivo adjunto) presentó el rostro del santo como el de un hombre que supo prepararse para corresponder a la misión que le había asignado el Señor.
Comentando la vida ascética del santo, su bautismo y el encuentro con el Señor en la oración, fray Artemio lanzó esta pregunta existencial: «Y nosotros, ¿nos preparamos correctamente para la evangelización?».
El lunes 24 de junio, en el convento de San Juan Bautista, situado en el centro de la aldea de Ain Karem, los frailes se volvieron a reunir en torno al custodio de Tierra Santa para celebrar la misa solemne del día. Pocas horas antes, en la gruta donde según la tradición habría nacido el Precursor, se celebró la misa de la parroquia.
En esta misma gruta, los franciscanos concluyeron la celebración eucarística con la procesión. En la homilía (en archivo adjunto), el custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, subrayó la novedad con la que Dios actuó en los acontecimientos ligados al nacimiento del Precursor. La novedad del nacimiento inesperado del hijo de dos ancianos estériles; novedad de un nombre sin relación con la tradición familiar; novedad de la palabra de Zacarías al que, siendo mudo por haber dudado de la palabra del mensajero divino, le vuelve el habla, por haber creído, pronunciando el nombre de su hijo.
A partir de Juan el Bautista, la Palabra de Dios no se hará oír ya más en la tierra del mismo modo. Tras Juan el Bautista, el tiempo de los profetas ha pasado, porque la Palabra, el Verbo, se hará carne en Jesús, y Juan es aquel que nos enseña a comprenderlo.
Durante la celebración, la asamblea rezó por la paz en Siria y por los frailes franciscanos que siguen en su puesto, mientras la triste noticia de la muerte del padre François Murad, ocurrida en un convento de la Custodia, se difundía en todos los periódicos.
A pesar de ello y siguiendo el ejemplo de nuestros hermanos en Siria que siguen llevando la esperanza de la Salvación, la fiesta terminó con un simple refresco servido en el jardín del convento, al que siguió un almuerzo comunitario.