Os anunciamos que Cristo vendrá | Custodia Terrae Sanctae

Os anunciamos que Cristo vendrá

Mientras la ciudad de Belén se viste de los colores de la Navidad, la Custodia de Tierra Santa ha celebrado durante dos días el comienzo del tiempo de Adviento.
El sábado por la mañana, la comunidad latina de Jerusalén se unió a las de Beit Yala y Beit Sahur para acompañar al custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa, en su ingreso solemne en la otra ciudad santa de Judea.
En la Plaza del Pesebre lo esperaban las autoridades civiles y policiales de Belén, había también numerosos frailes franciscanos, venidos de distintos conventos de la región, fieles locales y muchos alumnos de las dos escuelas de Tierra Santa, masculina y femenina, de la ciudad. Los peregrinos y turistas, numerosos en este día soleado, disfrutaron del espectáculo de los explorados que exhibían los colores de la Santa Sede, de la Custodia y de su país, Palestina.

Pero, aparte de los aspectos folclóricos de este ingreso, esta antigua celebración es, sobre todo, una manifestación de fe, como ha recordado el custodio en una entrevista concedida al Franciscan Media Center: «Solemnidad y tradición aquí son importantes. Nuestras raíces son también nuestro futuro y es necesario preservar nuestra identidad. Estas celebraciones antiguas no conmemoran el pasado sino que recuerdan al mundo que estamos presentes».

Por otro lado, la celebración se ha caracterizado también por una novedad. Así, tras el capítulo trienal de julio pasado, la fraternidad de Belén ha acogido al nuevo guardián, fray Ricardo Bustos, y también al nuevo párroco, fray Nirwán Naser al Ban, acompañado por el nuevo vicario, fray Badía Elías, y por fray Luai, que será ordenado diácono el próximo 15 de diciembre. Un nuevo equipo parroquial lleno de entusiasmo, según las palabras del custodio, que se ha alegrado de la renovación que aportarán a la parroquia de Belén, tan importante para toda la ciudad.

Fray Nirwán, que en nombre de la parroquia ha recibido a todas las personas que han acompañado al custodio en su ingreso, le ha dado las gracias calurosamente por la atención que la Custodia ha tenido siempre por la ciudad de Belén, deseando que siga atenta a las nuevas necesidades.

En su agradecimiento, el custodio ha hablado del deseo de la Custodia de recibir «una luz». Esta misma luz, símbolo de Cristo y del comienzo del Adviento, que él mismo ha ido a buscar arrodillado ante el Pesebre, en la gruta de la Natividad, durante las vísperas de la fiesta. Los frailes franciscanos han permanecido en Belén hasta finalizar el oficio de lecturas, presidido por el guardián fray Ricardo Bustos. Todavía en Belén, el custodio ha celebrado, en presencia de una numerosa comunidad parroquial, el primer domingo de Adviento con el que empieza el camino hacia la Navidad.

Al finalizar la misa, tras haber saludado al custodio, muchos parroquianos se han acercado a la Plaza del Pesebre, donde se ha inaugurado el mercado navideño. En la ciudad de David domina una atmósfera festiva: ¡Os anunciamos que Cristo vendrá!