Oración por la unidad de los cristianos en Tierra Santa, en la iglesia de San Salvador | Custodia Terrae Sanctae

Oración por la unidad de los cristianos en Tierra Santa, en la iglesia de San Salvador

Jerusalén, 24 de enero de 2013

Jerusalén, la Iglesia madre, es un lugar privilegiado para todos los cristianos en donde la celebración de la Semana por la unidad de los cristianos no se limita solo a esta semana de encuentros sino que , durante todo el año y de forma cotidiana, se intenta vivir el mandamiento del Señor para ser «Uno con Él».
Los fieles de todas las confesiones, reunidos todos los días del 19 al 27 de enero para participar en la liturgia de la Palabra que se celebra según el rito de cada Iglesia, oraron ayer –cuarto día de esta semana de oración- en la iglesia franciscana de San Salvador.
Presidía la liturgia de la Palabra el custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa, y junto a él estaban los responsables y hermanos de las distintas confesiones.

El custodio, en su homilía, se ha inspirado en el breve texto del profeta Miqueas: «Se te ha hecho saber, hombre, lo que es bueno, lo que el Señor quiere de ti: practicar la justicia, amar la lealtad y caminar humildemente con tu Dios» (Mi 6, 8), subrayando que vivir el ecumenismo en Jerusalén es un empeño cotidiano, a pesar de las dificultades y obstáculos, y que cada día se nos llama al diálogo, al reconocimiento recíproco y a la comprensión.
Aquí, las formas de colaboración son muchas: iniciativas comunes por la justicia y el perdón y la ayuda a los pobres. El hecho de que estemos aquí, unidos, es ya un testimonio concreto ante los hermanos judíos y musulmanes.
El camino hacia la unidad de los cristianos nos exige dejar espacio a la acción renovadora del Espíritu que nos llama a escuchar la Palabra del Señor, a perdonarnos como hijos del mismo Padre y a sentirnos como hermanos, conscientes de que la unidad de los cristianos no es el resultado de nuestros esfuerzos sino un don de Dios.
En el momento de la recitación del padrenuestro, cada uno de los presentes se ha dirigido al Dios único en su lengua: una sinfonía de voces, signo de insistente de intercesión para llegar a ser uno en Él.

Publicamos, en inglés, la homilía del custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa.