Siguiendo una larga tradición que ve a España como protagonista de las vicisitudes históricas de la Custodia en Tierra Santa, también este año se celebró la misa solemne en la iglesia de San Salvador de Jerusalén, con motivo de la fiesta nacional española.
Se trata de un homenaje que la Custodia de Tierra Santa reserva a las cuatro naciones que históricamente másla han apoyado, a través de la promoción y el fomento de la presencia franciscana en los lugares de Jesús a lo largo de los siglos. De hecho, además de Francia, Italia y Bélgica, también España ha contribuido a que la Custodia de Tierra Santa cumpliese su delicado objetivo de custodiar, cuidar y mantener los santos lugares.
España es uno de los pocos países del mundo que celebra un día nacional que no está relacionado con hechos como la independencia o la revolución; el 12 de octubre, fiesta nacional española, recuerda el descubrimiento de América por el navegante genovés (aunque la propia España reivindica su nacionalidad) Cristóbal Colón, pero también es una fecha que simboliza el hecho histórico a partir del cual España comenzó un periodo de proyección lingüística y cultural más allá de las fronteras europeas.
Esta fecha coincide con la fiesta de Nuestra Señora del Pilar, patrona de los pueblos hispanos y del cuerpo militar español de la Guardia Civil.
La mañana del 12 de octubre, en la iglesia de San Salvador de Jerusalén, la misa fue presidida por el fraile de origen español fray Manuel Domínguez Lama, en presencia del cónsul general de España, Alfonso Lucini Mateo, acompañado por su esposa, del cuerpo diplomático y los miembros de la Guardia Civil, en uniforme de gala, encargados de garantizar la seguridad del consulado español.
En su homilía, fray Manuel empezó con un homenaje: “Celebramos el encuentro de España con el Nuevo Mundo y con los pueblos de Hispanoamérica, a los que España llevó el tesoro de la fe, la lengua y los valores culturales para crear un patrimonio común, de forma que hoy 600 millones de personas rezan a Dios en español”. A continuación, reiterando el fuerte vínculo que une a la Custodia franciscana de Tierra Santa con España, el predicador añadió: “La historia de la Custodia de Tierra Santa no puede entenderse sin España”, ya que “la Corona de España siempre sintió el deber de custodiar, cuidar y mantener los santuarios de la Custodia, la Obra Pía y el acuerdo entre la Corona y la orden franciscana para preservar la presencia de los frailes españoles y para proteger los santuarios”.
Después, reflexionando sobre las dificultades actuales y preguntándose sobre quién es el apoyo seguro de los cristianos, fray Manuel prosiguió: “La respuesta nos la da Dios mismo: María, la mujer del Evangelio, la mujer de la escucha. Ella es la columna, el pilar de la Iglesia en marcha (en español, la palabra “pilar” significa precisamente “columna”)”.
Los vínculos entre España y la Tierra Santa
Los lazos entre España y la Tierra Santa hunden sus raíces en la historia de hace más de siete siglos y fueron sellados por un tratado entre la Santa Sede y España en 1994. En el pasado, España realizó una contribución fundamental para la adquisición de lugares santos como Belén, el Santo Sepulcro y la tumba de María, que más tarde pasó a manos de los greco-ortodoxos desde 1751.
“Esta tradición responde a una presencia centenaria realde España en Tierra Santa y a una relación particularmente especial con la orden de los franciscanos que siempre ha contado con la protección de la Corona de España”, dijo al final de la celebración el cónsul general Alfonso Lucini Mateo. Se trata, sin embargo, de una amistad que, gracias a su importancia histórica, no se agota con la tradición, sino que se perpetúa en el presente y se proyecta en el futuro, a través de una “colaboración muy estrecha y en varios ámbitos de España con la Custodia de Tierra Santa, de la Obra Pía española y de la cooperación española, activa en muchos proyectos”, concluyó.
Filippo De Grazia
