Antes que la Semana Santa nos haga caminar siguiendo las huellas de Cristo, la liturgia de la Iglesia nos invita a abandonarnos en manos de su madre, y también nuestra, María Santísima. En esta solemnidad de Nuestra Señora de los Siete Dolores, la Virgen María es más que nunca nuestra guía para enseñarnos a vivir los misterios de la Cruz y de la Resurrección. Correspondía al Vicario Custorial, fra Artemio Vítores, celebrar la Eucaristía en el altar de la Dolorosa, en el Monte Calvario.
"Señor, tú has querido que la Madre compartiera aquí los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección."
"Señor, tú has querido que la Madre compartiera aquí los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección."