Noticias de la Custodia en El Cairo | Custodia Terrae Sanctae

Noticias de la Custodia en El Cairo

Ha sido en el año 1992 cuando Egipto vio nacer la Provincia franciscana de Egipto, a la cual se cedió la mayor parte de los conventos dependientes hasta entonces de la Provincia de la Custodia de Tierra Santa.

Hoy, esta última posee sólo dos conventos, en el centro de El Cairo. El convento de san José cuenta con cinco frailes. Construido en 1904, tiene proporciones gigantescas. Era la época de la colonización y san José era la parroquia de los fieles europeos, entonces muy numerosos. Hoy, las seis misas dominicales (una en árabe, una en italiano, una en inglés y tres en francés) reúnen a un centenar de familias. Esto no refleja la presencia cristiana en esta ciudad tremenda de 18 millones de habitantes que es El Cairo. Esencialmente, los cristianos del país son coptos. En cualquier caso, fra Mamdouh Chehab Bassilios, egipcio de 53 años, es el párroco de la parroquia a la que se dedica con empeño. Profesor de liturgia y de historia de las Iglesias orientales en El Cairo y… Roma, dedica un cuidado especial a la liturgia, sobre todo a la eucarística. Presente desde hace 11 años en El Cairo, es el iniciador de la hoja litúrgica semanal del domingo, impresa en inglés, francés, italiano y árabe, como también de la hoja cotidiana en árabe y francés. Las dos misas diarias, de hecho, se celebran en francés, lengua que muchos cristianos, educados sobre todo por los hermanos de las escuelas cristianas, conocen muy bien. Esta iniciativa le ha procurado la admiración de numerosos responsables de las iglesias hermanas, católicas o no, que estiman esta difusión de la Palabra de Dios como algo excelente. La parroquia tiene una coral de óptimo nivel, que de vez en cuando ofrece conciertos.

Fra Mamdouh es también el guardián del convento y el ecónomo, e imparte cursos y conferencias sobre la historia de las iglesias orientales en diversos lugares. Para sus hermanos, es un guardián respetuoso de la originalidad de cada uno y afectuoso con los frailes ancianos. El decano de la comunidad es fra Luigi Luciano, de nacionalidad egipcia a pesar de su nombre. Actualmente está enfermo y sólo su estancia para la misa de la tarde. A sus 83 años, es el vigía orante de la comunidad. En este papel le sigue fra Lucas El-Oseily, egipcio de 79 años. Tiene también algún problema de memoria, y normalmente se encuentra en la iglesia, donde atiende a los penitentes. Es una labor que él desarrolla con la bondad y buen humor que le son propios. Le gusta recitar el oficio en inglés, y habla bien también el francés y el italiano. Si le queréis realmente hacerle feliz, llevadle chocolate, que deberéis, sin embargo, entregar al guardián, ¡que cuida con atención de la diabetes de su hermano! Fra Anselmo Paparella, de 71 años, está en Egipto desde hace más de 40 años. Después de cerca de 20 años pasados en Alejandría, ahora vive en El Cairo. Cada mañana, después de la misa y el desayuno, se pone al volante del coche para acercarse al cementerio de la Custodia, a 20 minutos de distancia. Allí, los primeros en atenderlo, en la barrera, son cuatro o cinco perros que escoltan el coche, y luego el mismo fraile, hasta su despacho. Cuando no hay trabajos administrativos que realizar, fra Anselma va a trabajar con tres trabajadores que cuidan con él el mantenimiento del cementerio. Le gusta embadurnarse las manos y animar a los trabajadores. La visita al cementerio es impresionante por el arte funerario. Algunos mausoleos parecen casas en miniatura, y los nombres de las familias revelan la importancia de las comunidades francesa e italiana. Lo que más sorprende, ciertamente, es que, a pesar de la pobreza tan presente en El Cairo, las familias hagan construir aún en nuestros días sepulturas tan imponentes, como la última en curso, cuya superficie anterior supera los veinte metros cuadrados y que está adornada de mosaicos. El cementerio, junto con las misas, son uno de los recursos de la comunidad y fra Anselmo supervisa la distribución de las concesiones. Cuando se conocen los problemas de vivienda en El Cairo, se entiende por qué es necesaria la presencia de un vigilante nocturno.

También fra Antonio Raimondo, de 60 años, tiene un paseo matutino que realizar. Se acerca hasta la escuela materna que él ha abierto, en una de las periferias de la ciudad. Fra Antonio vive en Egipto desde hace una cuarentena de años. Ama el país, ama sus habitantes, y ama a los pobres, realmente. Les da todo. Esta escuela materna no es una obra de la Custodia; es el fruto del amor de fra Antonio, de su energía y de la energía que ha conseguido reunir en torno a él, en Italia, su país de adopción. A su llegada, los niños le rodean y se adhieren a él. Él escucha las noticias, se asegura de que todo vaya bien, después, no lejos de allí, va a comprobar los avances en los trabajos de un nuevo local destinado a los pobres. Los trabajos van bien, y los trabajadores están orgullosos porque es la construcción más bonita en muchos kilómetros a la redonda. Se ha construido gracias a una herencia. La preocupación de Fra Antonio es asegurarse la continuidad de estas obras, y con este fin está constituyendo una asociación con sus parroquianos. Todo el que quiera ayudarle es bienvenido. Las necesidades son grandes. Fra Antonio quiere realizar folletos de propaganda para recoger fondos. Por otro lado, él es también el artífice del sitio en internet de la parroquia (www.stjoseph-ofm.org), ayudado técnicamente por un joven de la parroquia y de otros laicos. Con ellos, y con Fra Mamdouh, ha empezado hace dos meses la preparación de un centro de documentación. Trabaja especialmente en organizar los archivos de la Custodia, y su deseo es ofrecer online la mayor cantidad posible de de información, y también de publicar libros. En la mesa de san José se ponen más de cinco servicios porque el convento es también lugar de acogida de estudiantes extranjeros cristianos de las diversas confesiones que residen en El Cairo. Algunos estudian árabe, otros el Islam, otros historia de las iglesias orientales. Han llegado a haber hasta 12. Ahora son 3, y en el momento en que nosotros estuvimos había otros dos huéspedes, por una breve estancia. Esto ofrece la posibilidad, durante la comida, de ricos intercambios. Otros “huéspedes” más inesperados son una colonia de papagayos y periquitos. Como la gripe aviar se había detectado en Egipto, muchos parroquianos han confiado a los frailes sus animales. Además, en la comunidad viven 5 hermanas Franciscanas Elisabetinas de Papua, de las que una es la sacristana y las otras son enfermeras en la ciudad.


Del barrio de Abdin al del Muski

A 20 minutos a pie de san José se lleva al convento de la Asunción de la Virgen María, en el barrio de Muski. De un barrio a otro, en pleno centro de El Cairo, se atraviesa una ciudad sin occidentales, pues no estos lugares los que atraen a los turistas. El centro de El Cairo es bastante pobre, llegando incluso a paupérrimo. Es una ciudad donde las diferencias de vida son inmensas. Está cubierta de una niebla de contaminación y el tráfico automovilístico parece no acabar jamás. Se viaja en El Cairo, donde el carburante cuesta menos de un dólar el litro. Pero se circula con automóviles que serían óptimos objetos para coleccionistas. Estos automóviles, que cuestan un 1,80% más que en Europa, y que tienen más de 30 años, dan un aspecto viejo a la ciudad y la contaminan alegremente. Atravesar una calle en El Cairo es un permanente riesgo. Los coches no se paran jamás, y los semáforos raramente son respetados. Así que, para atravesar la calle –cuando no hay policías que dirijan el tráfico o incluso en su presencia- debe uno lanzarse al tráfico. Impresiona bastante jugar así a la ruleta rusa, y ver cómo llegan al lado de uno seis coches, dejar coger en este sándwich. Es mas seguro coger un taxi. Están a bastante buen precio, sobre todo si tenéis la precaución de contratar el precio antes de salir. Ciudad fascinante, El Cairo, que en medio de las chabolas de quienes viven rodeados de inmundicias, ¡hay un cibercafé!. El Muski está situado no lejos de una de las tres viejas iglesias coptas de El Cairo; una de las numerosas iglesias del país ligadas a la tradición del pasaje de la Santa Familia por el país. El arte copto es de una belleza y de una riqueza rara y ancestral. Para tener prueba de ello debéis ir a la parte antigua, al sur de la ciudad, y visitar el Museo de arte copto, recientemente restaurado de manera notable, y podéis también ir a visitar el Muski. El convento está situado en un antiguo palacio construido por los Venecianos y cedido a la Custodia el año 1633. Como iglesia parroquial, atiende alrededor de 20.000 almas, la mayoría italianas. Pero la nueva geografía de las parroquias en 1920, la Revolución egipcia, y después la nacionalización del Canal de Suez, ha producido el éxodo de los parroquianos occidentales. La parroquia se compone sólo de algunas familias del barrio.

Así, en el año 1954 la Custodia decidió convertir la actividad del convento en un Centro Franciscano de Estudios Orientales. Es un lugar ideal desde el punto de vista de la proximidad a otra biblioteca, igual que la de los Jesuitas, la de los Dominicos, la de la Sociedad de Arqueología Copta o también la de la Facultad de Ciencias Religiosas. Aquí los franciscanos son dos, dos sabios, dos apasionados, dos bibliotecas vivientes que velan un tesoro de la Custodia, la Biblioteca del Centro. Ésta reúne cerca de 100.000 obras. Es la biblioteca más rica sobre la vida de la comunidad cristiana de Oriente Medio. Los estudiosos vienen de todo el mundo para consultar las obras acumuladas en el curso de los años, tanto provenientes de otros conventos de la Custodia, como compradas. Los frailes querrían tener más medios para seguir con las adquisiciones. Los frailes constatan la falta de medios y la afrontan dando todo lo que tienen y todo lo que son, para compensarla. Se necesitarían nuevos ordenadores (especialmente para la consulta de microfichas y microfilms; se necesitaría restaurar algunos incunables, conservar mejor otros, etc.). Actualmente, con tres empleados organizan, catalogan e informatizan la biblioteca. Todos los lunes y jueves acogen estudiantes, la mayor parte de ellos musulmanes, que vienen a estudiar. Buscan con ellos, les traducen textos del griego, del latín, del armenio y otras lenguas. Y después, los frailes trabajan en sus investigaciones. Los frailes presentes son fra Vincenzo Mistrih, de 71 años, y fra Wadi Abullif-Malik, de 53 años. Éste último es también profesor. El centro es un lugar de intercambio entre religiones, entre confesiones, de descubrimientos recíprocos, y quiere proseguir su obra en este sentido. A finales de enero acogerá el 10º Congreso de especialistas árabes cristianos de estudios orientales. Trabajo no les falta a los dos frailes, que tienen numerosos proyectos. El nuevo sitio de la Custodia en internet, en los próximos meses, debería ofrecer un poco más de visibilidad y de contenidos sobre el Muski, poniendo online el último catálogo de las ediciones del Centro.

En el recinto del convento se aloja también un jardín de infancia, gestionado por una congregación religiosa. Después de los pájaros de San José y de los perros del cementerio, en el Muski encontraréis una gata, llamada Brenda. Decididamente, los frailes de Egipto, pobres entre los pobres, como les gusta decir y vivir, lo tienen todo de san Francisco. Los frailes de El Cairo os saludan, y se alegrarán siempre de recibiros.

MAB