Nazaret: San José, siempre enamorado de su esposa | Custodia Terrae Sanctae

Nazaret: San José, siempre enamorado de su esposa

¿Acaso san José no le regaló nunca flores a la Virgen María? Pues sí, ciertamente lo ha hecho este viernes 19 de marzo por medio del Custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa. Éste, venido de Jerusalén para efectuar su entrada solemne en Nazaret con motivo de la fiesta del esposo de la Virgen, fue recibido por el guardián franciscano fray Ricardo Bustos, por los frailes de la comunidad de Nazaret y de otros conventos de Galilea, además de por numerosos parroquianos y diversos grupos de peregrinos.

La comitiva, precedida por los scouts, tras pasar por la basílica inferior, atravesó una nueva ruta hasta llegar a la iglesia dedicada a san José, en donde el Custodio ha presidido la misa acompañado por una veintena de sacerdotes y entre ellos el párroco, fray Amjad Sabbara. “El mundo tiene una necesidad urgente de personas que sepan escuchar. José es el modelo de hombre que sabe escuchar y esto le convierte en modelo de padre y esposo”, ha dicho el padre Amjad en su homilía. “Sólo los que saben escuchar pueden dar una respuesta auténtica y objetiva, una respuesta apropiada”, ha dicho. “San José no ha hablado sino que escuchó a su Hijo y a su esposa, y supo de esta forma responder al proyecto del Señor en cada etapa de la vida de la Sagrada Familia”.

La misa, celebrada en árabe, estuvo animada por hermosos cantos interpretados por el corol parroquial. Pero, en cierto sentido, ha estado guiada por el silencio de san José, que condujo de nuevo a toda la asamblea en procesión con las velas hasta la Gruta de la Anunciación. Ante la gruta, el diácono ha leído el evangelio de la Anunciación. Sobre el altar, el Custodio había depositado un icono de san José: Él, el hombre de la casa de David al que se entregó por esposa una mujer joven, una virgen llamada María.

Tras el evangelio, el Custodio de Tierra Santa condujo al Custodio de la Sagrada Familia hacia el interior de la Gruta donde fray Pierbattista leyó una hermosa oración confiando al Señor la Orden franciscana y los frailes de la Custodia, por intercesión de la Sagrada Familia.

San José siempre está ha estado enamorado de su esposa. En el día de su fiesta, el hombre justo se pone a un lado, otra vez, para invitarnos a entrar en el misterio de la Anunciación y para que acojamos a su vez a María con nosotros, como celebraremos de nuevo en esta ciudad dentro de ocho días.

Mab