Navidad de Tierra Santa y Navidad de Greccio, intercambio de felicitaciones

Navidad de Tierra Santa y Navidad de Greccio, intercambio de felicitaciones

Las delegaciones de las Iglesias cristianas orientales de Jerusalén visitaron al Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, y a los frailes de la Custodia para el tradicional intercambio de felicitaciones navideñas, dos días después de Navidad. La mayoría de las comunidades ortodoxas, que siguen el calendario juliano, celebrarán la Navidad el sábado 6 de enero.

La Navidad de Belén a Greccio

Las distintas delegaciones fueron recibidas una tras otra en la sala capitular del convento de San Salvador. Fueron encuentros fraternos entre las diversas comunidades, expresados tanto a través de discursos oficiales como mediante cantos y momentos compartidos más informales. “Además del protocolo, hay mucho más en estas reuniones – subrayó el Custodio –. El verdadero motivo de esta costumbre es el deseo de compartir los misterios en los que creemos y celebramos, y de sentirnos hermanos amados y salvados por el mismo Padre Celestial en su Hijo Unigénito. Él es la verdadera fuente de nuestra alegría, nuestra paz y nuestra comunión fraterna. Y esto es lo que celebramos, a pesar de la actual situación de guerra”.

Entre los temas de reflexión común, el de la Navidad en tiempos de guerra, cuyos signos son evidentes no solo en la sobriedad de las celebraciones – recordada por todas las partes en señal de solidaridad con quienes sufren en Gaza, Israel y Palestina – sino también en las preocupaciones y las tensiones que, dos meses y medio después del estallido del conflicto, surgen en el seno de la propia comunidad cristiana. Al mismo tiempo, los jefes de las Iglesias cristianas subrayaron cómo la propia celebración de la Navidad puede ser una luz en medio de las tinieblas, una luz que “no puede apagarse”. Fray Patton también recordó la fecha del octavo centenario de la “Navidad de Greccio” vivida por San Francisco de Asís, una cita importante para la Orden franciscana y para todos los fieles, que podrán recibir una indulgencia especial concedida por el papa Francisco.

Unidos por la presencia cristiana en Tierra Santa

Siguiendo la tradición, los primeros en ser recibidos fueron los greco-ortodoxos, cuya delegación estaba encabezada por el patriarca Teófilo III. El Custodio y el Patriarca expresaron su solidaridad con las víctimas de la guerra en Gaza, en la iglesia de San Porfirio y en la parroquia latina de la Sagrada Familia. Ambos alzaron la voz para decir “sí” a la paz y al diálogo y “no” a la guerra, a todas las guerras, recordando lo que dijo el papa Francisco en su mensaje “Urbi et Orbi” de Navidad. El vínculo con la Iglesia greco-ortodoxa se fortalece de año en año”, afirmó el Custodio, mencionando también los trabajos en el Santo Sepulcro como terreno común de unidad y compromiso en la defensa de la presencia cristiana en Tierra Santa.

Un tema que también estuvo en el centro del diálogo con la delegación ortodoxa armenia, recibida inmediatamente después de la greco-ortodoxa. Además, fray Patton quiso expresar la cercanía y la solidaridad de la Custodia a los hermanos de la Iglesia armenia apostólica, en el contexto de la salvaguardia de los derechos de propiedad, no solo en Jerusalén, sino en toda la Tierra Santa.

A media mañana, los frailes de la Custodia recibieron a la delegación de la Iglesia copta y de la siria. Luego, siguiendo la tradición, ellos mismos se acercaron a la sede del patriarcado melquita (o greco-católico), donde fueron recibidos por el vicario, el arzobispo Yasser al-Ayyash. “Que el Señor nos conceda la gracia de caminar por sus sendas, de servir a su Iglesia, a esta Santa Tierra y a su gente, según las responsabilidades que nos han sido confiadas”, dijo el Custodio a los hermanos católicos de rito oriental.

Los buenos deseos del patriarca

Por la tarde, el Custodio y la comunidad franciscana de San Salvador recibieron a un grupo de profesores y alumnos del Studium Biblicum Franciscanum y a la delegación del Patriarcado Latino, dirigida por el cardenal Pierbattista Pizzaballa. Un encuentro entre hijos de San Francisco – el propio patriarca es franciscano – en un ambiente distendido. Las palabras del cardenal se centraron en el Niño de Belén que, señaló – es “el origen de nuestra fe” y “el punto de referencia” de la vida cristiana. La reflexión del Custodio se centró precisamente en la “Navidad de Greccio”, un acontecimiento que resuena en las palabras de los escritos de San Francisco y en las de Tomás de Celano, su primer biógrafo. “Pidamos para nosotros y para nuestras familias y comunidades – fue el deseo del Custodio – que la celebración de la Navidad nos lleve a seguir e imitar la humildad de Dios. Y pidamos a Jesús, a quien veneramos en Navidad como Príncipe de la Paz, que traiga nuevamente y para siempre la paz a la tierra donde nació, que por eso es Santa y que, desgraciadamente, sigue estando terriblemente ensangrentada”.

Tras el intercambio de felicitaciones, el patriarca, siguiendo la tradición, visitó a los frailes ancianos de la enfermería de la Custodia para llevarles también sus buenos deseos de Navidad.

Marinella Bandini