Monte Tabor: encuentro de formación para los guardianes | Custodia Terrae Sanctae

Monte Tabor: encuentro de formación para los guardianes

La formación permanente reviste una función muy relevante en las actuales condiciones de vida. La Orden de los Hermanos Menores quiere reavivar una formación entendida como itinerario de fidelidad y de continua conversión. La dimensión personal de la fe y el camino de la fraternidad se entrecruzan en la búsqueda de un significado más concreto y fecundo de la vida religiosa. Por esta razón, la Custodia de Tierra Santa, en su último Capítulo, ha puesto en la Formación Permanente uno de sus objetivos fundamentales para el próximo trienio. Como concreción de esta aspiración, ya han tenido lugar los primeros encuentros de formación a nivel local y zonal.

Los guardianes y superiores de las comunidades han tenido su reunión los días 15 y 16 de noviembre en el monte Tabor. Un objetivo de este encuentro era, ante todo, dar mayor relieve a la vocación común y compartir el camino espiritual entre los hermanos que ejercen el servicio de la autoridad. El segundo objetivo ha sido más estrictamente formativo y perseguía descubrir la asimilación de los valores fundamentales de la vida consagrada. Las jornadas han estado organizadas en torno a la oración: el oficio divino, la celebración y la adoración de la Eucaristía han sido los ejes fundamentales del encuentro.

La parte formativa ha visto dos momentos centrales: fray Carlo Serri dio una conferencia sobre el tema: “La relación fraterna en Francisco de Asís”. Releyendo los textos de san Francisco, la reflexión ha recorrido un itinerario humano y espiritual que, desde un descubrimiento íntimo de la relación con Dios, llevó a la conclusión de las relaciones fraternas en pobreza y paz.

Fray Dobromir Jasztal tuvo una segunda ponencia sobre el tema: “La función del guardián y del capítulo local en la vida de la fraternidad”. El estilo de esta segunda reflexión fue más jurídico y práctico, de cara a la encarnación de los valores espirituales en la práctica de la vida fraterna.
Una parte relevante de la jornada estaba dedicada al trabajo en grupo y a al diálogo comunitario. El diálogo se ha vivido como búsqueda en común del bien, en la adhesión serena a un proyecto de vida que exige ser adaptado continuamente a las múltiples y cambiantes situaciones de la vida diaria. A destacar la activa y relevante presencia del padre Custodio a lo largo de todo el encuentro. Los guardianes han tenido la ocasión de compartir con él, con franqueza y sinceridad, diversas problemáticas.

La atmósfera, sin detrimento de la seriedad de las reflexiones, ha sido de serena alegría. Era palpable el deseo unánime de trabajar juntos, unido al convencimiento de que el Señor guiará nuestro camino evangélico. Terminó el encuentro con la satisfacción de todos por la experiencia vivida y el deseo de volver a encontrarse, para continuar un trabajo que todavía se prevé largo y comprometido.

fra Carlo Serri ofm