Martes, 22 de diciembre. El Patriarca de Jerusalén, Su Beatitud Mons. Fouad Twal ha hecho público, como es habitual cada año, su mensaje de Navidad, en el transcurso de una conferencia de prensa.
En su mensaje el Patriarca ha hecho sobre todo algunas constataciones realistas: los palestinos todavía no son un estado, el estatus de Jerusalén está todavía en discusión y los israelís siguen viviendo en un estado de gran temor. A pesar de lo anterior, el Patriarca ha querido destacar también los signos esperanzadores de un año que ya se está concluyendo: el bloqueo parcial de la colonización, la generosidad de la comunidad internacional, la visita del Santo Padre Benedicto XVI, los proyectos de construcción del Patriarcado latino, la convocación de un sínodo para el Oriente Medio y la beatificación de sor María Alfonsina. “Pero el regalo de Navidad más esperado –prosigue el Patriarca- es el de la paz”. A los periodistas, que le preguntan si no está cansado de esperar la paz, el Patriarca les ha respondido: “Si yo, que soy el Patriarca, pierdo la esperanza… entonces, ¿cómo podría contagiar a los demás esta misma esperanza? No tenemos el derecho de estar cansados, ni de dejar de creer, ni siquiera de bajar la guardia”. Las preguntas de los periodistas se interesaban por cuestiones diversas como las negociaciones entre la Santa Sede y el Estado de Israel, la situación de Gaza y de los cristianos de aquella región. “Los cristianos de Gaza –ha subrayado el Patriarca- no están en un gueto, con un tratamiento aparte. Su situación no es distinta de la del resto de la población. Viven las mismas condiciones difíciles”.
Numerosas preguntas se referían a los frutos de la visita del Santo Padre. El Patriarca ha respondido diciendo que los frutos espirituales y pastorales han sido numerosos y que continúan siéndolo; pero desde un punto de vista político, esta política no ha supuesto ningún cambio concreto sobre el terreno. Las cuestiones políticas han llevado a los periodistas a preguntar al Patriarca sobre el éxodo de los cristianos, que todavía sigue. “Antes que nada, debemos ayudarles a tomar conciencia de la importancia de permanecer en esta tierra, de dar testimonio en esta tierra. Su presencia es una misión, una vocación y –prosigue el Patriarca- toda vocación tiene su parte de dificultad. Visto desde la otra parte –ha añadido-, tras más de sesenta años de conflicto sin perspectivas de paz, puedo comprender su decisión de optar por emigrar. Pero, como les digo también a ellos, “Allí podréis encontrar todo aquello a lo que aspiráis, pero no encontraréis otra Tierra Santa, no encontraréis vuestras raíces que se encuentran aquí, sólo aquí”. Nuestros cristianos deben ser conscientes de tal privilegio”.
Refiriéndose a la convocación del sínodo para el Oriente Medio, el Patriarca ha afirmado que “tras haber visto los problemas de Jerusalén, las divisiones, las separaciones, es cuando el Santo Padre ha tomado esta decisión. Él conoce bien la situación. Es aún difícil saber lo que podremos conseguir, pero en este sínodo nos emplearemos a fondo y pediremos a todas las comunidades que se impliquen”.
Al finalizar la conferencia de prensa del Patriarca, Mons. Giacinto Boutros Marcuzzo tomó la palabra para informar a la prensa de los recientes descubrimientos arqueológicos realizados en Nazaret, en el futuro Centro María de Nazaret, construido por la comunidad francesa del Chemin neuf.
“En Navidad, lógicamente nuestro pensamiento se dirige a Belén pero no podemos olvidar que Belén tiene una ciudad gemela, que es la ciudad de la Encarnación, Nazaret, donde la Sagrada Familia vivió durante treinta años. La semana pasado, al lado de la basílica de los frailes franciscanos, se ha descubierto algo muy interesante. No se puede decir aún que sea algo extraordinariamente nuevo pero seguro que es un descubrimiento hermoso e interesante que confirma lo que ya sabíamos y añade y completa las informaciones bíblicas e históricas ya en nuestro poder.
En la antigua escuela de las hermanas de San José de la Aparición, en el centro mariano que la comunidad Chemin neuf está construyendo, han sido encontrados, bajo el patio, los restos de una antiquísima casa que data de tiempo de Jesús, a la que luego se le han hecho adiciones posteriores en época romana, bizantina y mameluca. El interés de este descubrimiento es que en Nazaret, por el momento, esta es la única casa del tiempo de Jesús que haya llegado hasta nosotros. Tenemos muchas casas, sobre todo grutas, y entre ellas, obviamente, la de la Anunciación. En esta casa se han encontrado numerosos objetos de la vida cotidiana, cerámicas, etc. Pero la cuestión importante es por qué ha sido esta casa la que se ha conservado tan bien. En cualquier caso, se trata de una casa que se encuentra en el centro del antiguo pueblo de Nazaret, que se encuentra a 100 metros de la basílica de la Anunciación, de la gruta de san José, a 100 metros de la sinagoga y casi a otros 100 metros de la Tumba del Justo, llamada también Tumba de san José.
Ayer, lunes, se celebró una conferencia de prensa en Nazaret y hoy, los padres Eugenio Alliata del Studium Biblicum Franciscanum, y el padre Frédéric Manns, se pensaban acercar hasta el lugar.
En su mensaje el Patriarca ha hecho sobre todo algunas constataciones realistas: los palestinos todavía no son un estado, el estatus de Jerusalén está todavía en discusión y los israelís siguen viviendo en un estado de gran temor. A pesar de lo anterior, el Patriarca ha querido destacar también los signos esperanzadores de un año que ya se está concluyendo: el bloqueo parcial de la colonización, la generosidad de la comunidad internacional, la visita del Santo Padre Benedicto XVI, los proyectos de construcción del Patriarcado latino, la convocación de un sínodo para el Oriente Medio y la beatificación de sor María Alfonsina. “Pero el regalo de Navidad más esperado –prosigue el Patriarca- es el de la paz”. A los periodistas, que le preguntan si no está cansado de esperar la paz, el Patriarca les ha respondido: “Si yo, que soy el Patriarca, pierdo la esperanza… entonces, ¿cómo podría contagiar a los demás esta misma esperanza? No tenemos el derecho de estar cansados, ni de dejar de creer, ni siquiera de bajar la guardia”. Las preguntas de los periodistas se interesaban por cuestiones diversas como las negociaciones entre la Santa Sede y el Estado de Israel, la situación de Gaza y de los cristianos de aquella región. “Los cristianos de Gaza –ha subrayado el Patriarca- no están en un gueto, con un tratamiento aparte. Su situación no es distinta de la del resto de la población. Viven las mismas condiciones difíciles”.
Numerosas preguntas se referían a los frutos de la visita del Santo Padre. El Patriarca ha respondido diciendo que los frutos espirituales y pastorales han sido numerosos y que continúan siéndolo; pero desde un punto de vista político, esta política no ha supuesto ningún cambio concreto sobre el terreno. Las cuestiones políticas han llevado a los periodistas a preguntar al Patriarca sobre el éxodo de los cristianos, que todavía sigue. “Antes que nada, debemos ayudarles a tomar conciencia de la importancia de permanecer en esta tierra, de dar testimonio en esta tierra. Su presencia es una misión, una vocación y –prosigue el Patriarca- toda vocación tiene su parte de dificultad. Visto desde la otra parte –ha añadido-, tras más de sesenta años de conflicto sin perspectivas de paz, puedo comprender su decisión de optar por emigrar. Pero, como les digo también a ellos, “Allí podréis encontrar todo aquello a lo que aspiráis, pero no encontraréis otra Tierra Santa, no encontraréis vuestras raíces que se encuentran aquí, sólo aquí”. Nuestros cristianos deben ser conscientes de tal privilegio”.
Refiriéndose a la convocación del sínodo para el Oriente Medio, el Patriarca ha afirmado que “tras haber visto los problemas de Jerusalén, las divisiones, las separaciones, es cuando el Santo Padre ha tomado esta decisión. Él conoce bien la situación. Es aún difícil saber lo que podremos conseguir, pero en este sínodo nos emplearemos a fondo y pediremos a todas las comunidades que se impliquen”.
Al finalizar la conferencia de prensa del Patriarca, Mons. Giacinto Boutros Marcuzzo tomó la palabra para informar a la prensa de los recientes descubrimientos arqueológicos realizados en Nazaret, en el futuro Centro María de Nazaret, construido por la comunidad francesa del Chemin neuf.
“En Navidad, lógicamente nuestro pensamiento se dirige a Belén pero no podemos olvidar que Belén tiene una ciudad gemela, que es la ciudad de la Encarnación, Nazaret, donde la Sagrada Familia vivió durante treinta años. La semana pasado, al lado de la basílica de los frailes franciscanos, se ha descubierto algo muy interesante. No se puede decir aún que sea algo extraordinariamente nuevo pero seguro que es un descubrimiento hermoso e interesante que confirma lo que ya sabíamos y añade y completa las informaciones bíblicas e históricas ya en nuestro poder.
En la antigua escuela de las hermanas de San José de la Aparición, en el centro mariano que la comunidad Chemin neuf está construyendo, han sido encontrados, bajo el patio, los restos de una antiquísima casa que data de tiempo de Jesús, a la que luego se le han hecho adiciones posteriores en época romana, bizantina y mameluca. El interés de este descubrimiento es que en Nazaret, por el momento, esta es la única casa del tiempo de Jesús que haya llegado hasta nosotros. Tenemos muchas casas, sobre todo grutas, y entre ellas, obviamente, la de la Anunciación. En esta casa se han encontrado numerosos objetos de la vida cotidiana, cerámicas, etc. Pero la cuestión importante es por qué ha sido esta casa la que se ha conservado tan bien. En cualquier caso, se trata de una casa que se encuentra en el centro del antiguo pueblo de Nazaret, que se encuentra a 100 metros de la basílica de la Anunciación, de la gruta de san José, a 100 metros de la sinagoga y casi a otros 100 metros de la Tumba del Justo, llamada también Tumba de san José.
Ayer, lunes, se celebró una conferencia de prensa en Nazaret y hoy, los padres Eugenio Alliata del Studium Biblicum Franciscanum, y el padre Frédéric Manns, se pensaban acercar hasta el lugar.