Misa del Gallo en la Gruta de Belén | Custodia Terrae Sanctae

Misa del Gallo en la Gruta de Belén

“Somos afortunados. Aquí, en la gruta donde nació Jesús, en el pesebre donde fue colocado el Niño Jesús, podemos celebrar los misterios de nuestra salvación en el mismo lugar donde ocurrieron. Aprovechemos esta ocasión rezando intensamente por la paz, especialmente en Tierra Santa y en Belén”. Con estas palabras el párroco de Belén, fray Marwan Di’des, ha saludado a los fieles al inicio de la Misa del Gallo en la Gruta de Belén.

Quizá no sepan todos que, mientras en la iglesia franciscana de Santa Catalina, adyacente a la Basílica de la Natividad, se celebra la misa solemne de medianoche, presidida por el Patriarca latino y concelebrada por multitud de sacerdotes, con la presencia de las autoridades diplomáticas y con toda solemnidad litúrgica y musical, en el mismo instante, en la Gruta se celebra otra misa de Navidad.
Las razonas son prácticas e históricas: la Gruta no puede albergar más que unas cuantas decenas de personas en sus treinta metros cuadrados, por lo que la liturgia se celebra “arriba”; sólo al final el Patriarca desciende a la Gruta con el Niño Jesús en brazos, volviendo a la basílica de Santa Catalina para la conclusión, una vez que ha depositado la imagen del Niño sobre la estrella que señala el lugar exacto del nacimiento y después en el pesebre, donde permanecerá durante algunos días protegido por una vitrina.

Esto sucede a la una y media de la noche. Por tanto, la Gruta podría estar vacía y en silencio desde la medianoche hasta la una y media, esperando al Niño. Pero aquí estamos en Belén, en Tierra Santa, donde las reglas y costumbres se han ido forjando durante siglos, igual que los derechos se discuten y reclaman todos los días por el riesgo de perderlos (el famoso Status Quo de los Santos Lugares); y así, en esa hora y media está previsto que los “latinos” puedan celebrar hasta tres misas (esta Navidad de 2010 se han celebrado dos).

Mientras el padre Marwan y el vicepárroco, padre Haitham, se preparan en la sacristía, de repente surge una duda: en la gruta... ¿se pueden acompañar los cantos con la guitarra? El Status Quo no dice nada de este detalle así que hay que tomar la mejor decisión con inteligencia y basándose en la experiencia. ¿Se ha hecho alguna vez? Sí, en años anteriores, pero los sacristanes no lo sabían. Y cuando se hizo, ninguno de los que se podían quejar lo hizo, es decir, los griegos y los armenios, los “copropietarios” de la Gruta, y esto es un punto a favor.

Si el derecho es para la misa cantada, los demás non pueden interferir en el cómo, es decir, en los detalles litúrgicos de otro rito. ¿Ha ocurrido alguna vez en el Santo Sepulcro? A lo mejor con los neo-catecumenales, pero en la capilla interna de los cruzados. Por tanto, el problema es “interno”. ¿Es oportuno y necesario usar la guitarra en ausencia del órgano? Téngase en cuenta que todos estos razonamientos en los que se mezclan liturgia, derecho e historia se deben hacer y se han hecho en cuestión de segundos porque la hora se había echado encima y el coro ya había empezado a cantar el Gloria con el que se inicia la Misa del Gallo. El padre Marwam dio el visto bueno para la guitarra.

Mientras atraviesa la iglesia busca con la mirada al guardián del convento de Belén, fray Stéphane Milotvich, que es también el encargado del Status Quo: “Tenemos guitarras...¿no hay problema, no?”. El padre Stéphane sonríe y consiente con un gesto. Conclusión del asunto: se llega a la gruta pero no hay guitarras, así que se canta a cappella.

En la misa participa toda la parroquia de Belén, por lo que es toda en árabe. También los cantos son en árabe, incluidos los de Navidad. El evangelio, cantado según el tono y la modalidad propios de esta lengua, lo hacen sugestivo, también porque el padre Marwan canta muy bien.
Encima del altar de la estrella los griegos han puesto un icono grande que durante la procesión de la tarde no estaba. La misa se celebra en el pesebre, en el altar colocado donde los Magos se postraron y adoraron al Niño Jesús.

Actualmente los latinos pueden celebrar sólo aquí. Todo se desarrolla en un clima de gran devoción e intimidad. Una vez acabada la misa, los celebrantes y parte de la asamblea salen mientras que empiezan a entrar algunos peregrinos y sacerdotes italianos que celebrarán en la última media hora, el vicepárroco fray Rami Asakrieh y fray Jerzy Kraj, guardián del convento de Belén hasta el año pasado. El padre Rami inicia la misa en árabe pero después, vista la composición de la asamblea, continúa en italiano.

La misa es sin cantos, porque sólo puede durar media hora, pero alguien al final entona el “Tu bajas de las estrellas” mientras los sacerdotes vuelven a la sacristía. Ahora todos deben salir porque la Gruta debe engalanarse para el momento solemne presidido por el Patriarca latino, Mons. Fuad Twal. Es Navidad de nuevo en Belén.

Fray Riccardo Ceriani