Misa de acción de gracias por las religiosas franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús | Custodia Terrae Sanctae

Misa de acción de gracias por las religiosas franciscanas del Sagrado Corazón de Jesús

El domingo 21 de septiembre, la comunidad de San Salvador se han reunido en torno a las religiosas franciscanas del Sagrado Corazón para celebrar una misa de acción de gracias con ocasión de la promulgación del decreto que reconoce las virtudes heroicas de la venerable Margherita del Sagrado Corazón (Virginia de Brincat), religiosa maltesa fundadora de la congregación, y por las bodas de oro de vida religiosa de sor Mary, superiora de la comunidad de Jerusalén.
La celebración, simple, fervorosa y presidida por el Padre Custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, ha servido a los frailes para dar las gracias a las religiosas por su humilde y discreto servicio.

El padre Noël Muscat, superior de la fraternidad de la Anástasis –también él maltés, como la fundadora y la mayoría de las religiosas de la comunidad- ha pronunciado la homilía.
Tras comentar los textos del día, que se correspondían con el espíritu de servicio de las religiosas, ha descrito en pocas palabras la vida de la fundadora. La homilía del padre Noël, la oración universal y unas calurosas palabras del custodio han expresado el agradecimiento de la Custodia de Tierra Santa a las religiosas por su dedicación a los frailes.
Al término de la celebración, a la que se han unido muchas religiosas, la asamblea ha sido invitada a disfrutar de un pequeño aperitivo en el refectorio del convento.

Las religiosas franciscanas del Corazón de Jesús llegaron a Jerusalén en 1980, año del centenario de la fundación de su congregación. Hoy, la comunidad la componen cinco religiosas: sor Mary, la superiora, sor Cilia y sor Carolina –que trabajan en la cocina-, sor Fedelina, en la enfermería del convento, y sor Anna Erica, en la sacristía del Santo Sepulcro.
Las primeras religiosas que, en 1853, llegaron para participar en la misión franciscana asumiendo la responsabilidad de las escuelas para chicas de la Custodia, fueron las religiosas de San José de la Aparición. Desde entonces, numerosas congregaciones, y no solo de la familia franciscana, han venido para colaborar en la misión de la Custodia. En labores y misiones más o menos visibles, todas comparten el mismo deseo de trabajar, junto a los frailes, en la viña del Señor en Tierra Santa. A todas ellas, el más sentido agradecimiento.