Mayo, mes dedicado a la Virgen María… madre de todos a la que Tierra Santa se confía con devoción especial.
En Tierra Santa, donde los lugares y las piedras llevan el recuerdo de los acontecimientos de la Salvación, es la ciudad de Nazaret, en estos meses la que vive de manera particular la memoria de María. Joven mujer que aquí, en lo que en aquel tiempo era una pequeña aldea, dijo su sí al Señor y que aquí (de retorno de la fuga en Egipto) se estableció junto a José y al Niño Jesús.
“El mes mariano está en el corazón de todos”, asegura el padre Ricardo Bustos, guardián franciscano de la Basílica de la Anunciación en Nazaret. Justo aquí, el 1 de mayo se celebró el séptimo aniversario de la institución de la procesión mariana que cada sábado une a aquellos que el padre Bustos define como los “dos pulmones” de estas iglesia… la comunidad cristiana local y muchos peregrinos.
Una tradición, la de la procesión de los cirios que desde la Iglesia de San José llega hasta la gruta de la Anunciación, iniciada el primero de mayo de 2005, poco después de la muerte de Juan Pablo II.
Y a través de las palabras de la homilía pronunciada por el papa hoy beato en Nazaret durante su visita en el 2000, estamos llamados a reconocer en María a la que más que nadie puede enseñarnos qué significa vivir la fe. María tuvo que caminar por la oscuridad, confiando en aquel que la llamó… pero estaba preparada para responder “sí” a pesar de los temores e incertidumbres”.
EL VIDEO:
En Tierra Santa, donde los lugares y las piedras llevan el recuerdo de los acontecimientos de la Salvación, es la ciudad de Nazaret, en estos meses la que vive de manera particular la memoria de María. Joven mujer que aquí, en lo que en aquel tiempo era una pequeña aldea, dijo su sí al Señor y que aquí (de retorno de la fuga en Egipto) se estableció junto a José y al Niño Jesús.
“El mes mariano está en el corazón de todos”, asegura el padre Ricardo Bustos, guardián franciscano de la Basílica de la Anunciación en Nazaret. Justo aquí, el 1 de mayo se celebró el séptimo aniversario de la institución de la procesión mariana que cada sábado une a aquellos que el padre Bustos define como los “dos pulmones” de estas iglesia… la comunidad cristiana local y muchos peregrinos.
Una tradición, la de la procesión de los cirios que desde la Iglesia de San José llega hasta la gruta de la Anunciación, iniciada el primero de mayo de 2005, poco después de la muerte de Juan Pablo II.
Y a través de las palabras de la homilía pronunciada por el papa hoy beato en Nazaret durante su visita en el 2000, estamos llamados a reconocer en María a la que más que nadie puede enseñarnos qué significa vivir la fe. María tuvo que caminar por la oscuridad, confiando en aquel que la llamó… pero estaba preparada para responder “sí” a pesar de los temores e incertidumbres”.
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