Maria Voce encuentra los movimientos presentes en Tierra Santa | Custodia Terrae Sanctae

Maria Voce encuentra los movimientos presentes en Tierra Santa

"Gracias a todos por esta tarde, me habéis hecho contemplar la riqueza de los carismas de la Iglesia. Chiara Lubich decía siempre que la Iglesia es un jardín maravilloso con muchas flores de colores. ¡Gracias!"

Con estas palabras, María Voce, llamada "Emmaús" por los miembros del movimiento de los Focolares, concluía el encuentro en el salón de la Curia de la Custodia de Tierra Santa.
A dicho encuentro habían sido invitados todos los movimientos presentes en Tierra Santa, con sus distintos carismas.
La Custodia ha puesto a disposición de estos movimientos sus instalaciones para hacer posible este encuentro y los focolares lo han organizado todo estupendamente, proporcionando incluso intérpretes para todas las lenguas presentes: italiano, francés, inglés, portugués, hebreo y árabe.

Todos los movimientos y comunidades invitados han estado presentes y han expuesto brevemente su historia y su experiencia en Tierra Santa.
"Este encuentro con los distintos movimientos y sus carismas específicos se ha organizado para que estemos juntos, para conocernos", ha dicho María Voce. "Para nuestro movimiento es muy importante el encuentro con el prójimo: amar a todos sin distinción de carisma, fe, credo religioso, convicción… incluso al adversario. Amar en primer lugar y desinteresadamente, sabiendo que se puede no recibir nada a cambio. Amar siempre, para que todos sean una sola cosa.

Como Tú, Padre, estás en mí y Yo en Ti, que también ellos sean una sola cosa para que el mundo crea que Tú me has enviado (Jn 17,21). Éste es uno de los puntos cardinales de nuestro carisma. Ser uno. Cada uno de nuestros carismas es parte del Cuerpo de Cristo que, además, se ha encarnado en esta Tierra Santa. Todos los hombres tienen necesidad del amor y todos saben amar".

Recordando después la invitación de Juan Pablo II, la vigilia de Pentecostés del 30 de mayo de 1998, María Voce ha afirmado que el Espíritu Santo invocado en aquella gran ocasión ha trabajado durante estos años y los resultados de la colaboración entre los distintos movimientos han aumentado.

"En la comunión de los distintos movimientos se pueden enriquecer unos de otros. Todos son complementarios. Lo que no tiene uno lo tiene el otro. En esta comunión se descubre y se refuerza la propia identidad, fieles al propio don. Reforzando el carisma propio en esta comunión se ayuda también a la Iglesia, que ve cómo se fundamenta en su carisma petrino el carisma mariano propio de los movimientos. No veo peligro de sincretismo entre los distintos movimientos sino una necesidad de reciprocidad entre los distintos carismas".

Ha recordado también las palabras que la Madre Teresa le dirigió en una ocasión a Chiara Lubich: "Lo que tú haces no lo puedo hacer yo y lo que yo hago no lo puedes hacer tú. Tenemos carismas distintos, pero los dos sirven a la Iglesia". El encuentro ha concluido con un momento de oración en el que muchas personas han expresado su gratitud por esta hermosa tarde y han dado gracias a Dios por los dones de estos distintos carismas, con la esperanza de que todos sean útiles a la Iglesia de Tierra Santa.

El refrigerio ofrecido a continuación ha sido un momento fraternal y ocasión para intercambiar los últimos saludos, con la esperanza de que haya más momentos de encuentro entre los distintos movimientos. Este miércoles, 16 de febrero, a las 16:00 horas en la Universidad Hebrea de Jerusalén, María Voce tiene otro encuentro bajo el lema "El papel del Diálogo para promover la Paz".

Marco Gavasso