Han pasado tres días desde Navidad y, en la llamada Octava – la semana hasta el uno de enero, que se considera con un único día de Navidad – la Iglesia nos invita a recordar a los “Santos Inocentes”. Se trata de los niños asesinados durante la matanza ordenada por Herodes, con la intención de matar a Jesús, como narra el evangelio de Mateo (2,1-16).
Esta conmemoración ya aparece en las fuentes del siglo VI, pero fue elevada a la categoría de fiesta por el papa Pío V. La Custodia de Tierra Santa la celebra en Belén, la ciudad de la matanza. Según la tradición, la misa se celebró en la conocida como gruta de “San José”, unida a través de un pasadizo a la de la Natividad. Aquí, un ángel habló en sueños a José, ordenándole que huyera a Egipto con el Niño y su Madre. La gruta se asoma sobre otra grieta (quizá una fosa común), que la tradición señala como la tumba de los Santos Inocentes.
La misa estuvo presidida por fray Ibrahim Faltas, vicario de la Custodia de Tierra Santa, en presencia de la comunidad franciscana del convento de Belén y de algunos fieles y religiosos locales.
“La muerte de los inocentes es también la crónica de nuestro tiempo, de esta guerra y de los conflictos que nos rodean, de los que los niños son quienes tienen que pagar el precio más alto”, dijo en su homilía fray Ibrahim. “¡Esta es la nueva matanza de los inocentes de este siglo! No hay nada más humanamente atroz que el dolor provocado a los niños. Ante estas profundas heridas, infligidas a niños inocentes, no podemos permanecer en silencio”.
La fe, orientación en las dificultades
Fray Ibrahim también destacó la figura de San José, que en esta situación de peligro obedece al ángel. “Esta historia es muy similar a la de muchas familias, hombres y mujeres que aún hoy buscan refugio en un país lejos de sus hogares, en un lugar seguro, para escapar de la guerra y la violencia – subrayó –. José confía en Dios. La fe no hace que todo sea sencillo, pero da orientación a nuestra vida y vigor a nuestros pasos incluso en los momentos difíciles”.
Al finalizar las vísperas, por la tarde, la gruta de los Santos Inocentes fue incensada, después de una breve procesión con la que concluyó la solemnidad.
Marinella Bandini
