Los franciscanos de Tierra Santa todos juntos renuevan sus votos | Custodia Terrae Sanctae

Los franciscanos de Tierra Santa todos juntos renuevan sus votos

28 Noviembre de 2008

El año 2009 representa el 800 aniversario de la fundación de la Orden de los Hermanos Menores por parte de san Francisco de Asís. Por tercer año consecutivo, los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa se reúnen en sus propias provincias para la celebración de preparación de este jubileo.

En Tierra Santa, el Custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, ha presidido dos celebraciones: una para la Galilea y otra para Jerusalén y sus alrededores.
Nazaret, que ha inaugurado la fiesta, ha reunido a una treintena de frailes junto a una veintena de fieles y religiosas ligados a la espiritualidad del Poverello de Asís, encargándose la comunidad Shalóm de animar con los cantos. La disposición del antiguo ábside bizantino, la presencia de María y de la Anunciación, la alegría de su Fiat, han conferido a la recitación de las vísperas y la misa un carácter familiar e íntimo.

Un contraste tangible con el Fiat de Getsemaní. Allí, un centenar largo de franciscanos, algún fiel, los cantos de la misa en latín y la roca de la agonía se han unido en la solemnidad.
No ha habido siquiera, el mismo espíritu de fiesta en la celebración que ha visto a todos los frailes reunidos en torno al Evangelio. Ellos, que gozan de la gracia de vivir en Tierra Santa, el quinto Evangelio.
El Custodio, fray Pierbattista Pizzaballa les ha dirigido algunas palabras: “En esta celebración, pensamos en aquellos dos Fiat, el de María y el de Jesús, que han inaugurado la historia de nuestra Salvación y, en cierto modo, nuestra historia personal. Seguramente dijimos, al inicio de nuestro camino, nuestro Sí con pasión, quizá con un poco de inconsciencia, no sabiendo exactamente lo que significaba. Y seguramente ha habido, en nuestra vida, más alusiones al Fiat de Getsemaní, más doloroso, en la obediencia que requiere la fe.

Hace tres años recibimos el Tau, que es el signo de la conversión de Francisco. El año pasado recibimos la Regla. Este año recibimos el Evangelio que iluminó la conversión de Francisco y que ha cambiado radicalmente su vida, y la nuestra. Queremos también, esta tarde, renovar nuestro Fiat, nuestra profesión.

Si echamos un vistazo a lo que ha sido nuestra vida, a nuestros ojos aparecerán seguramente muchas debilidades. No obstante, quedarse ahí sería una falta de fe. Debemos mirar nuestras vidas con los ojos de Dios mismo. No hemos sido elegidos por ser perfectos, y no estamos aquí porque nuestra vida sea perfecta. Estamos aquí simplemente porque Él nos ha elegido y llamado, a pesar de nuestras debilidades, y estamos invitados a permanecer fieles a esta llamada.

El Señor no necesita de instrumentos perfectos, todos nosotros somos limitados, pero estamos aquí porque Dios nos ha guiado. Y éste es el objeto de nuestro agradecimiento. No estamos aquí porque seamos los mejores, o porque nuestras fraternidades sean perfectas, sino por su designio de amor y de gratuidad: Él nos ha elegido y nos ha traído hasta aquí.

Podemos renovar ahora nuestros votos con pasión, con el deseo de renovar este Sí, este don, esta consagración que nos pone frente al ejemplo de san Francisco de Asís. Con nuestros miedos, nuestras fatigas, nuestras incomprensiones, las nuestras y también las de nuestras fraternidades. Pero al mismo tiempo con nuestra gratitud. El Señor puede transformar el agua en vino, y si alguno dice “no hay más vino”, el Señor lo transformará”.

Después de estas palabras, todos los frailes presentes, de rodillas, han renovado con fuerza y a una sola voz sus votos, en un momento de gran intensidad.
Al final de la celebración han recibido un libro preparado por los estudiantes que simbolizaba el don del Evangelio.
“Para nosotros, frailes menores al servicio de la Tierra Santa, esta misión es todavía más apasionante y nos implica mucho más por el hecho de seguir las huellas de Cristo, no sólo en espíritu sino viviendo en los lugares históricos de la Salvación.”

¡Buen jubileo a todos los frailes!

MAB