Los colores de la fe: Fiesta mariana en Jaffa de la comunidad de cristianos indios de Israel | Custodia Terrae Sanctae

Los colores de la fe: Fiesta mariana en Jaffa de la comunidad de cristianos indios de Israel

Jaffa, 10 de septiembre de 2011

¿Cuáles son los colores de la fe? Hoy, 10 de septiembre, son los de la comunidad de los cristianos indios que viven en Israel, cuyos vestidos, variopintos y luminosos, llenan de calor y emoción este día de fiesta. La comunidad celebra hoy la Monti Feast, una fiesta importante con la que, además de recordar la Natividad de la Virgen María, se quiere dar las gracias a la Virgen, Madre amorosa que otorga todas las bendiciones. El nombre de la fiesta deriva de Monte Mariano Church de Farangipet, en el sur de Canara (una región de la India), que fue el único santuario cristiano de la zona que se salvó de la destrucción llevada a cabo por el sultán musulmán Tippu, en la segunda mitad del siglo XVIII.

En un espléndido y soleado atardecer que engalanaba el escenario de la antigua ciudadela de Jaffa, en la plaza situada ante la iglesia franciscana de San Pedro, donde artistas y artesanos del arte hebreo local suelen exponer sus obras, se han reunido más de dos mil cristianos indios, llenando las pequeñas callejuelas del barrio en el que se encuentra la iglesia.

Una larga y llamativa procesión marchando al son de cantos marianos en lengua hindi ha recorrido el trayecto que va desde la iglesia de San Pedro a la más moderna iglesia de San Antonio, edificada en la parte nueva de la ciudad. Abrían el cortejo dos iconos de la Virgen con el Niño y, tras una larga fila de devotos en oración, las autoridades religiosas presentes, con Mons. William Shomali, obispo auxiliar del Patriarca latino de Jerusalén, los numerosos miembros de la comunidad franciscana de Tierra Santa, entre los que se encontraba fray Jayaseelan (fray Jai), franciscano de origen indio que trabaja en la organización y promoción de la vida cultural y religiosa de la numerosa comunidad de cristianos indios de Israel, el padre jesuita David Neuhaus, Vicario del Patriarcado latino de Jerusalén para los católicos de lengua hebrea y rusa y un huésped especial venido de la India, el Dr. C. M. Sebastian. Detrás del grupo de religiosos, una pequeña imagen de María Niña y una más grande de la Virgen, llevada en andas, cerraban la procesión.

El cortejo ha llegado hasta el campo deportivo que se encuentra junto a la iglesia de San Antonio, donde se habían preparado más de dos mil puestos para sentarse, que apenas han sido suficientes para acoger a todos los miembros de la comunidad venidos para celebrar y asistir a la santa misa. La celebración, emocionante, se ha desarrollado al aire libre y ha estado animada por un coro de cantantes indios, presidida por Mons. Shomali y ha contado entre los celebrantes, entre otros, con fray Jayaseelan y fray Francis Rozario, otro franciscano de la Custodia de Tierra Santa de origen indio.

La homilía, pronunciada en inglés por Mons. Shomali, ha puesto el acento sobre la figura materna de María que, como la más primorosa de las madres, protege, conforta y guía a sus hijos a lo largo de toda su existencia terrena. De esta Madre celeste aprendemos la fe, intensamente cultivada por María desde su más tierna infancia, y la obediencia a Dios, cuyo proyecto de salvación acogido en nuestra vida nos hace más libres y felices. Como María, que pagó un alto precio por su disponibilidad ante el Señor que la llamó a ser la Madre de Cristo para la salvación de todos, también nosotros, según las palabras de san Pablo (Rom 8,18ss), estamos llamados a la gloria en una relación de fe y obediencia a Dios.
En una breve reflexión en lengua hindi, fray Francis Rozario ha dicho que la obediencia y el amor mutuo son los mejores dones que podemos presentar a María en esta fiesta que celebra su Natividad.

Ha habido dos momentos particularmente intensos en esta celebración: el ofertorio, durante el que una interminable fila de personas ha depositado ante el altar unos preciosos adornos florales, y, al finalizar la santa misa, la ofrenda de dones preparados por la comunidad india a Mons. Shomali y a algunos de los huéspedes presentes. Han sido especialmente significativos los presentes recibidos por Mons. Shomali: un característico gorro indio, un bellísimo chal decorado y un icono con la tierna representación de la Virgen con el Niño.

Tras la bendición final de los dones y de las demás ofrendas depositadas a los pies de la imagen de la Virgen y las profundas manifestaciones de devoción mariana por parte de todos los participantes, una gran cena en común con platos típicos de la India ha puesto fin a este emocionante encuentro.

La Monti Feast es una fiesta muy importante en la vida de esta activa y numerosa comunidad cristiana, tan agradecida y feliz de poder vivir en la tierra de Jesús. “Todos intentan participar en esta preciosa fiesta, incluso los que trabajan normalmente y no siempre pueden estar presentes en los encuentros comunitarios semanales”, nos dice fray Jai, que trabaja incansable para, con la ayuda de algunos especialistas, garantizar una asistencia material, sanitaria e incluso psicológica adecuada a la comunidad.

Una comunidad en camino, activa y sensible, que da testimonio, con la discreción y en el silencio, de la generosidad de un corazón simple. Una fe profunda y sincera, emocionante y apasionada; una fe que muestra, con el calor de sus colores y de su hospitalidad, la alegría de ser cristiano.

Texto de Caterina Foppa Pedretti
Fotos de Marco Gavasso