Las comunidades cristianas de Jerusalén visitan la Custodia para intercambiar las felicitaciones de Navidad | Custodia Terrae Sanctae

Las comunidades cristianas de Jerusalén visitan la Custodia para intercambiar las felicitaciones de Navidad

Como marca la tradición, este año se repitió nuevamente el ritual intercambio de felicitaciones de Navidad entre la comunidades cristianas de Jerusalén. Cada año, dos días después del 25 de diciembre, las distintas confesiones cristianas de Jerusalén visitan la Custodia de Tierra Santa para llevar sus felicitaciones de Navidad a los frailes y al padre Custodio.  Como después se repitió varias veces durante el intercambio de saludos, no se trata de una exigencia protocolaria, sino de gestos que expresan la fraternidad más genuina entre comunidades unidas por la misma misión.  La belleza de esta armoniosa diversidad se manifiesta en Tierra Santa también a través de la celebración de la Navidad en distintas fechas. Mientras los latinos, que siguen el calendario gregoriano, celebraron la Navidad del Señor el 25 de diciembre, la mayoría de las comunidades ortodoxas, fieles en cambio al calendario juliano, celebrarán esta fiesta el sábado 7 de enero. Esto implica que el cordial intercambio de felicitaciones navideñas se repite dos veces. La primera tiene lugar precisamente el 27 de diciembre con la visita de varias delegaciones ortodoxas a la sala capitular del convento de San Salvador; la segunda será después de la Navidad ortodoxa, con los franciscanos que irán a la sede de cada patriarcado para corresponder la cortesía y cumplir la tradición.

Los primeros en ser recibidios fueron los greco-ortodoxos, seguidos de los ortodoxos armenios, los coptos y los ortodoxos sirios. A continuación fue el turno de la visita al patriarcado greco-melquita (católico) por parte de los franciscanos y, nuevamente, la recepción de las dos últimas delegaciones en el convento de San Salvador: los ortodoxos etíopes y el Patriarca de los latinos.

Delegación greco-ortodoxa

La delegación greco-ortodoxa fue encabezada por Su Beatitud Teófilo III quien, dirigiéndose al Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, y a la comunidad de frailes, invocó la esperanza como respuesta a las incertidumbres del presente. Una esperanza que nace y se fortalece a partir de la fiesta de la Encarnación que se acaba de celebrar. El patriarca griego, finalmente, agradeció al Custodio Patton por el compromiso común destinado a asegurar la unión moral de Jerusalén y la protección de los cristianos.

El padre Custodio, por tanto, dio las gracias a Teófilo, expresando de igual modo su gratitud por la armoniosa relación entre las dos comunidades que continúa fortaleciéndose con el tiempo. El padre Francisco recordó también la restauración del pavimento de la basílica del Santo Sepulcro como ejemplo de cooperación y agradeció al prelado griego por su espíritu de sinodalidad.

Para la ocasión, algunos frailes actuaron entonando villancicos. Ante el patriarca Teófilo III y su delegación, los hermanos fray Juan David Rodriguez, fray Mervyn Gomez, fray Mario Hernandez y los gemelos Jallouf, fray Johnny y fray George, cantaron “Puer Natus in Bethlehem” y “Cantan gli angeli”.

Delegación armenio-ortodoxa

La segunda delegación en ser recibida fue la armenia. El vicario patriarcal que encabezaba la procesión tomó la palabra y, tras dirigir sus felicitaciones a los presentes, felicitó al Custodio Patton por su fuerte compromiso diario en Tierra Santa, y por ser un ejemplo de vida, modelo de referencia para todo buen pastor.

El padre Custodio devolvió los saludos y expresó su satisfacción por “la fraternal relación que hace posible llevar a cabo juntos la restauración del Santo Sepulcro”. Una relación que expresa el testimonio común de fe en beneficio de toda la comunidad local, de los peregrinos y de las dos respectivas comunidades cristianas.

A continuación, los frailes entonaron otros dos cantos en honor de los invitados: “Puer Natus” y “Adeste fideles”.

Delegación copta y sirio-ortodoxa

El padre copto Maximus Gerosolomitanus, saludó y felicitó a los franciscanos en nombre de todo el vicariato copto de Jerusalén. “Dios quiso anunciar la noticia de su nacimiento milagroso a todos los pueblos a través de dos tipos de personas: los pastores y los reyes magos. Dos tipos de personas. muy diferentes Pero Dios se sirvió de ambos según sus capacidades, porque Cristo llega a todos y habla al corazón de cada persona. ¡Feliz Navidad!”.

Luego, el padre sirio Shimun Jan saludó calurosamente en nombre del vicariato sirio ortodoxo de Jerusalén con motivo de esta “hermosa ocasión de la Navidad de Nuestro Señor Jesús, que bajó del cielo hasta aquí para librarnos del pecado y de la muerte”. El prelado sirio pidió entonces la liberación de todos los que sufren, especialmente de los sirios.

El padre Custodio recordó que cada día en Belén las comunidades cristianas de Tierra Santa contemplan el lugar físico donde Jesús nació de la Virgen María. El lugar que da testimonio de la humildad de Dios hecho hombre por nosotros. Y citando a San Atanasio: “Él se hizo hombre para que nosotros fuéramos deificados. Él se reveló mediante el cuerpo para que pudiésemos tener una idea del padre invisible. Soportó la violencia de los hombres para que nosotros heredásemos la incorruptibilidad”. Fray Patton deseó después alegría y paz a los hermanos coptos que viven en Egipto y expresó su cercanía a la iglesia siria de Jerusalén, rezando por la paz en Siria.

Los hermanos saludaron a los invitados entonando el canto “Tu scendi dalle stelle”.

Visita al patriarcado greco-melquita

Precedidos por los kawas, los frailes visitaron a los hermanos católicos del patriarcado greco-melquita, donde les recibió el vicario patriarcal monseñor Yaser Al-Ayyash. Este último dio la bienvenida a los franciscanos: “Siempre es una gran alegría recibir al Custodio y a los frailes, es signo de unión y de testimonio de Cristo aquí en Jerusalén. [...] La iglesia tiene un papel muy importante en la protección de los cristianos de Tierra Santa y esto es en lo que debemos pensar hoy, con motivo de esta fiesta de Navidad. A nuestro alrededor no hay paz, hay guerra y miedo. Nuestra única esperanza y nuestra única respuesta es Jesucristo. Muchos cristianos han emigrado, aquí ya solo queda una pequeña minoría, pero nuestra esperanza está puesta en este niño nacido en Belén. Si profundizamos, vemos un Dios encarnado, que vino para darnos su naturaleza, para darnos de nuevo la gracia y la vida eterna a todos nosotros”.

El Custodio devolvió las felicitaciones y citó el mensaje de Navidad del Santo Padre, el papa Francisco, sobre el riesgo de olvidar el misterio que celebramos con la Navidad. La respuesta está en el Evangelio, en mirar a un pobre y encontrar en él la verdadera riqueza.

Delegación etíope

Tras la hora de comer, una delegación del patriarcado etíope-ortodoxo de Jerusalén, encabezada por el padre Gebre Selassie, visitó a los frailes en el convento de San Salvador. El padre etiope felicitó a todos y recordó los estrechos vínculos que unen Etiopía con la Custodia. Para ello, citó el contenido de una carta que el emperador etíope Haile Selassie envió al gobernador de Jerusalén en la primera mitad del siglo XX, instando a este último a no hacer ningún daño a la comunidad franciscana en Tierra Santa.

El Custodio agradeció sinceramente al padre etíope Gebre Selassie y recordó que este momento de encuentro representa compartir realmente el misterio de la Navidad y una oportunidad para comportarse como hermanos.

Delegación del patriarcado latino

Por último, llegó el turno de la visita de la delegación del patriarcado latino encabezada por Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa. El patriarca, ex Custodio de Tierra Santa, dirigió un cordial saludo al padre Patton y a toda la comunidad franciscana. “Tenemos muchos motivos de preocupación, pero ninguna razón para tener miedo. Dios se ha hecho hombre y es el fundamento de nuestra esperanza. Nada podrá detener nuestro testimonio que, a través de nosotros y a pesar de nosotros, sigue manifestándose aquí en Tierra Santa.

Igualmente cálida fue la respuesta del padre Francesco Patton que subrayó que la Navidad siempre supone mucha emoción. Para ello, recordó un episodio ocurrido la pasada noche de Navidad durante la misa que celebró en la gruta de Belén. En esa ocasión vio llorar a varias personas: “Esto me parece que está en sintonía con el espíritu de nuestro padre seráfico San Francisco. Es importante volver a lo esencial sin perdernos en demasiadas divagaciones. En lugar de eso, concentrémonos en el corazón del misterio de Dios”.

 

Filippo De Grazia